En medio de una polémica, finalmente el kirchnerismo logró imponer en el Senado el ascenso y la designación como jefe del Ejército del ahora teniente general César Milani.

Cuestionado por su presunta participación en la represión durante la última dictadura, el Senado finalmente dio luz verde a la designación del militar con 39 votos a favor y 30 en contra. Milani fue propuesto por el Poder Ejecutivo mientras que la oposición rechazó ese ascenso y también puso reparos del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

La presión de la Casa Rosada doblegó una vez más la leve resistencia que quedaba en la Cámara alta.

El CELS consideró "probado que su unidad era el centro de la represión ilegal en La Rioja, allí se torturaba; la policía en la que Milani intenta descargar responsabilidad estaba bajo el control operacional del Ejército". Con los votos del Frente para la Victoria y de sus aliados, fueron ascendidos los jefes del Ejército, César Milani, a teniente General; de la Armada, Gastón Erice, a Almirante; de la Fuerza Aérea, Mario Callejo, a brigadier General; y del Estado Mayor Conjunto, Luis María Carena, a general de División.

La senadora por el PRO Gabriela Michetti se preguntó "por qué tanto empecinamiento" del oficialismo para designar a Milani al frente del Ejército y se preguntó: "Cómo podemos pensar que una persona con semejante nivel de sospecha está en condiciones de ser el Jefe del Ejército argentino". El radical Gerardo Morales recordó que Milani "pertenecía al Batallón 141 de La Rioja que fue el epicentro de la represión en esa provincia". Asimismo, el peronista disidente Adolfo Rodríguez Saá dijo que "no se dio ninguna razón para considerar que Milani sea idóneo para recibir el ascenso".

Por otra parte, el cordobés del Frente Cívico, Luis Juez, destacó que "por muchísimo menos se le ha bajado el pulgar a otros militares", mientras que el socialista Rubén Giustiniani consideró que "esto es un grave retroceso".