En reserva, este lunes llegó a la Argentina y mantuvo reuniones en la Quinta de Olivos con la presidenta Cristina Fernández, el ministro de Industria de Brasil, Fernando Pimentel, un enviado especial de la jefa de Estado de ese país, Dilma Rousseff.

Este encuentro tiene varios temas que preocupan al socio comercial de la Argentina como el sector automotor y la salida de empresas de Brasil del país, algo que ya había anticipado por Rousseff en su visita oficial realizada en abril.

El tema más urgente es el del acuerdo automotor, que vence el 30 de junio. A partir del 1° de julio debería entrar en vigencia el libre comercio de vehículos y autopartes entre la Argentina y Brasil.

La idea, según trascendió, es extender el acuerdo, al menos, por 18 meses. Para la Argentina es un sector clave, ya que las exportaciones automotrices son el principal sostén en la balanza comercial con el vecino país.

Pero también hay otros temas más que importantes que están en el centro de atención. La salida de las empresas Vale y ALL (América Latina Logística) generó fuertes críticas en el empresariado brasileño, y provocó una difícil situación para el gobierno argentino.

"Argentina vive un período de dificultades económicas. Esto no es secreto. El gobierno argentino no se sentirá ofendido por ver a un ministro brasileño reconociendo que la situación es de dificultad y que Brasil quiere ayudar", había declarado Pimentel antes de la visita de Rousseff a la Argentina.