A veces las declaraciones colaboran para llevar intranquilidad a la población. La ministra de Seguridad, Nilda Garré, admitió que en la Argentina "nadie tiene una seguridad garantizada" y sostuvo que "cualquiera" puede sufrir un hecho delictivo. Lo afirmó en alusión al intento de robo a la casa del titular de la Seguridad bonaerense Ricardo Casal, hombre al que Garré le gustaría ver fuera del cargo.

La funcionaria, a cargo de la Seguridad en la Argentina, reveló no saber bien qué le pasó al ministro Casal, quien sufrió un intento de asalto en su propiedad de City Bell.

"Nadie tiene una seguridad garantizada, por más que incluso tenga custodia", dijo Garré a la radio Vorterix, admitiendo los problemas que atraviesa la Argentina para combatir el delito.

Dijo que un hecho de inseguridad "le puede pasar a cualquiera, eso es dramático", aunque remarcó que "en los sectores más vulnerables, más humildes" esta situación es "mayor" y "están más desprotegidos".

Garré, como le gusta a la presidenta Cristina Fernández, le echó la culpa a los medios: “La comunicación, a través de la difusión masiva y permanente de los hechos más sangrientos, de los hechos más terribles y violentos, como resultado da una preocupación mayor por este tema, que hace que siga primero en la preocupación ciudadana".

"La inseguridad es un fenómeno complejo, multicausal", explicó la funcionaria, una forma de admitir que desconoce cómo enfrentarla.

Menos mal que admitió que “la inseguridad es un problema que sensibiliza a la gente. La seguridad es un derecho y el Estado debe garantizarlo".

También sostuvo que "uno puede dividir entre sensación de inseguridad y hechos de inseguridad".

Garré cuestonó a las fuerzas de seguridad al sostener que “la policía, sobre toda la provincial, sufre niveles de descomposición que muestran que no hay la debida eficacia".