Como en septiembre pasado en el primer cacerolazo, la gente concurrió a la Quinta Olivos para hace escuchar su protesta contra el gobierno nacional y está vez, a diferencia de aquella vez, la presidenta Cristina Fernández se encontraba dentro de la residencia.

La Quinta de Olivos fue literalmente rodeada por una multitud y según fuentes policiales que concurrieron más de 10 mil personas las que se reunieron para protestar.

La residencia donde está la jefa de Estado está bien en el corazón del predio y es probable que a pesar de parlantes y mucho ruido no haya llegado mucho de los sonidos de la queja, pero cuando a las 21:00 todas las personas presentes cantaron el himno, el momento más emotivo de la jornada en ese lugar.

Aunque a diferencia de lo que sucedió el 13 de septiembre, en esta oportunidad los manifestantes fueron preparados para la protesta, para hacerse escuchar, con todo tipo de cotillón: las típicas cacerolas, las cucharas que golpeaban contra los postes de iluminación, latas, tambores, matracas.

También, la diferencia es la presencia de la presidenta en el lugar , ya que en aquella oportunidad desde ujn acto del interior , avisaba, se dirigió a Río Gallegos.

Previo al inicio de la manifestación la presidenta se reunió con el canciller Héctor Timerman y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zanini, y luego a partir de los monitores de la residencia se fue enterando como fue creciendo la marcha y , según voceros, siguió con "muhca atenciòn" lo que sucedió en el interior del paía