Mientras a pocas cuadras sonaban las cacerolas, la presidenta Cristina Fernández buscó mostrarse firme en un discurso que brindó en San Juan, al mismo momento que comenzaba el "cacerolazo" impulsado por redes sociales en barios barrios porteños y algunos puntos del país, y donde dejó en claro que nada la "pondrá nerviosa".

"Yo nerviosa no me voy a poner ni me van a poner", lanzó la jefa de Estado, y también deslizó una posición activa de cara a las elecciones de 2015.

"No se preocupen, desde el lugar que me toque estar, voy a hacer lo que siempre hice; militar y trabajar, no conozco otra forma de vida", replicó cuando los militantes que la acompañaban pedían un nuevo mandato, y recordando que desde hace más de 20 años ocupa distintos cargos en el Estado.

También pidió apoyo a los gobernadores: “Una Presidenta sola no puede, necesita que en cada provincia, que en cada localidad se aproveche la oportunidad y se acompañe este formidable crecimiento de los recursos, con buena administración, con gestión, compromiso”, sostuvo.

"Yo no hago milagros, me encargo de desarrollar políticas activas para que empresarios puedan tener la oportunidad de invertir", indicó, y agregó que "tienen que ayudar los gobernadores para que se radiquen en sus provincias", dijo la mandataria.

Por primera vez desde el lanzamiento del proyecto de bajar la edad de votación, apoyó la medida al decirle a un adolescente: "Vas a votar, querido. Y votas a quien quieras".

Además, tomó posición en cuanto al debate que generó esa iniciativa sobre la preparación de ese segmento de la población para ejercer ese derecho. "Qué es esto de que los jóvenes son manipulables", se preguntó.