Mas fuerte, más alto, más rápido, la esencia olímpica tuvo en el argentino Germán Lauro el mejor ejemplo del esfuerzo y de la gloria, ya no solo por alcanzar un lugar histórico en la final del lanzamiento de bala, sino que en ese camino, en menos de 12 horas superó tres veces su récord nacional para fijar una marca de 20,82 metros.

Lauro ya había sorprendido a primera hora cuando logró, sorprendentemente, la clasificación para la final olímpica, por primera vez en la historia para un argentino en el especialidad.

Ya allí había logrado superar su marca nacional y por la tarde siguió sorprendiendo a propios y extraños y se dio lujo de llegar hasta el último lanzamiento, batir dos récords más y queda sexto en unos juegos que el joven nacido en Trenque Lauquen no olvidará.

Llegó entre los 12 mejores de la especialidad a la final y en el primer corte--tres primeros lanzamientos- batió nuevamente el récord argentino con 20,68 y entró como los mejores seis para luchar por medallas.

En el tiro siguiente, para dejar en claro que estaba en su día marcó 20,82 y su cara era de plena felicidad. sin perder la realidad que estaba muy por debajo de los mejores del mundo, su obsesión fue superarse a si mismo y lo logró.

Lauro es el fiel ejemplo que muchas veces una medalla es un premio extra, pero que el gran sueño de un deportista amateur es llegar a la cita más importante y superar sus propias marcas.

El vencedor de la jornada fue el polaco Tomasz Majewski, quin se quedó con la presea dorada al realizar un lanzamiento de 21,89 metros.



La medalla plateada fue para el alemán David Storl, con un registro de 21,86 y, por último, el tercer escalón del podio fue para el norteamericano Reese Hoffa, quien lanzó 21,23 metros.