Como contar lo inexplicable, lo que tiene que verse y sentirse. Narrar que Juan Martín del Potro cayó ante Roger Federer en una semifinal memorable del tenis olímpico por 3-6, 7-6 y 19 1 17, no logra describir el inolvidable momento que se vivió en el court central de Wimbledon.

Una labor épica del tandilense que ganó con autoridad el primer set, y luego le faltó muy poco para quedarse con tie break que se le escapó por muy poco, ante una gran actuación del suizo.

Luego vino el tercer set, donde no se sacaron ventajas, y llegaron a una definición, donde por reglamento debía haber dos games de diferencia para consagrar a un ganador.

Y allí comenzó el momento inolvidable de los juegos, cada uno fue ganando su saque con la ventaja que siempre estaba al frente el argentino, y las dos veces que primero quebró Federer, al siguiente, Del Potro hizo lo mismo.

Hubo que esperar el momento de 17 iguales para que la grandeza pudiera quebrar con la efectividad de su juego al argentino, y luego, con la base de la potencia de su primer saque, el suizo se quedó con un partido increíble.

Sin dudas, el argentino cumplió con creces y lejos se llevó el aplauso de todo el país deportivo, pero su dolor y desazón por la derrota se reflejo en su llanto y dolor.

Ahora jugara el doble mixto con lo que le queda junto a Gisela Dulko y le resta el consuelo del bronce ante el perdedor de Murray y Djokovic.

A Federer le queda la posibilidad de la gloria, de ganar su segunda medalla dorada olímpica, la primera como singlista y ser el único tenista en ganar dos veces en un mismo año en Wimbledon

Para los argentinos, ya es un ganador. ¡Gracias Delpo!