Un empresario gastronómico, su esposa embarazada de nueve meses y sus dos hijos, de seis y dos años y medio, fueron víctimas de un violento asalto, cometido por cinco delincuentes encapuchados y armados, quienes los tomaron como rehenes en su casa de la localidad de Escobar, los mantuvieron encerrados y atados y finalmente escaparon con dinero, electrodomésticos y algunas joyas.

"A mí me tiraron al piso y me ataron de pies y manos. A mi señora, a pesar de estar embarazada, la ataron al respaldo de la cama. Nos hostigaban todo el tiempo pidiéndonos plata. Habrán estado una media hora adentro de casa. Fue muy feo, muy complicado", dijo en declaraciones a la prensa Jorge Phatouros, dueño de la vivienda asaltada.

El episodio se produjo alrededor de las 23:30, cuando la familia llegaba -a bordo de dos autos- a la casa donde viven, en la calle San Isidro al 900, de la localidad de Escobar.

Según contó Phatouros -dueño de un restaurante ubicado en ese mismo distrito- él entró primero a bordo de su Fiat Uno y detrás lo hizo su esposa, manejando una camioneta Volkswagen Suran, donde iban sus hijos de dos años y medio y seis años. Aparentemente los ladrones habían logrado ingresar por una propiedad vecina que está en construcción, y apenas la familia llegó a la vivienda los sorprendieron. "Me encontré de repente con cinco tipos armados, encapuchados, todos vestidos de negro, con guantes. A mí me agarraron entre cuatro y me metieron en la casa. Me pedían plata y me tiraron al piso", relató Jorge en la puerta de la vivienda donde se produjeron los hechos.

Luego, los asaltantes obligaron a bajar del auto a su esposa embarazada y a sus hijos -uno de los cuales se había quedado dormido- y también los metieron en la casa. "A mí me llevaron al comedor y a mi señora a la habitación. Nos tiraron al piso. A mí me ataron de pies y manos y me pegaron. A mi señora la ataron a la cabecera de la cama. Nos pedían todo el tiempo plata. Iban a mi señora y la amenazaban. Y después volvían a pedirme plata a mí", relató.

Según trascendió, los asaltantes se alzaron con un botín de alrededor de $ 12 mil en efectivo, un televisor LCD de 42 pulgadas, algunas joyas y los teléfonos celulares de las víctimas, tras lo cual escaparon dejándolos dentro de la casa.

"Ahora pienso en irme de este lugar. No se puede vivir con la incertidumbre que tenés cada vez que llegás a tu casa", expresó el empresario.