Los máximos exponentes de los principales países del mundo comienzan a pronunciarse sobre el conflicto que sacude al mundo árabe, mientras recrudece la violencia entre los insurgentes y los leales y Kadhafy se encuentra a un paso de ser derrocado.

El jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, instó a su ex aliado a rendirse, con el fin de ahorrar "inútiles sufrimientos" al pueblo libio tras el ingreso de los rebeldes en Trípoli, según informó un comunicado oficial.

Más temprano se manifestó el primer ministro británico, David Cameron, quien consideró durante una conferencia de prensa que "Libia está más cerca de su sueño y de determinar su propio futuro" al entender que logrará conquistar la democracia que tanto anhela.

Si bien advirtió que la transición no es fácil, se mostró confiado en el que el país alcanzará gobernar lejos del terrorismo de Kadhafy. En ese sentido, manifestó que "está en sus manos" virar su destino. "Serán las nuevas autoridades las que decidirán sobre el futuro del país", añadió.

En tanto, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, tildó de "irresponsables" los llamados de Kadhafy a seguir luchando. A su vez anunció que el primer ministro del Consejo Nacional de Transición (CNT) visitará París el miércoles.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China señaló que "espera un regreso rápido a la estabilidad" tras la irrupción de los rebeldes al territorio, según consignó un comunicado oficial.

Anoche, también se expresaron los mandatarios de los Estados Unidos y de Venezuela y mostraron discrepancias al brindar su punto de vista sobre lo que está sucediendo en ese país africano.

A través de un comunicado, el presidente estadounidense afirmó que el régimen del líder libio alcanzó "su punto de quiebre" y que el mandatario debe dejar el país para evitar más derramamiento de sangre: "La manera más segura para que concluya el derramamiento de sangre es simple: Muammar Gaddafi y su régimen deben reconocer que su gobierno ha llegado a su fin. Gaddafi debe reconocer la realidad de que ya no controla Libia. El debe ceder el poder de de una vez por todas".

Por su parte, Hugo Chávez no sólo se mostró en contra de los insurgentes, a quienes tildó de "terroristas", sino también denunció el imperialismo de Estados Unidos y sus aliados de Europa, quienes, según el líder venezolano, "están perpetrando una masacre en Libia con el fin último de hacerse de las riquezas petroleras de esa nación".

Y agregó: "Siembran violencia, generan muerte y destrucción para, a nombre de la paz, invocando el interés de ese país, invadirlo y conquistarlo; los gobiernos democráticos europeos, no todos y el gobierno supuestamente democr