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“Capitán América”: el héroe que era un pobre alfeñique
Pese a que está pensanda sólo como un adelanto del plato fuerte que vendrá en 2012, el filme protagonizado por Chris Evans pasa su prueba con bastante dignidad
27 de julio de 2011
Por Sebastián Martínez
La cuestión es así. El año que viene, la factoría de comics y películas llamada Marvel desembarcará en la pantalla con su más grande apuesta: un megafilme llamado “Los vengadores”, que reunirá en escena a muchos de los superhéroes que hemos visto en los últimos años desfilar por los cines. Ya conocimos a Hulk (en dos versiones distintas, de hecho), a Iron Man y a Thor, por sólo citar a los personajes centrales.
Pero a Hollywood aún le quedaba en el tintero la presentación de la última figurita importante del elenco que tendrá “Los vengadores”: el difícil Capitán América, un personaje complejo de abordar, especialmente por la carga de nacionalismo que lleva desde el nombre, el uniforme y la historia.
Pese a ello, el director Joe Johnston se las ha ingeniado para redondear una película digna y entretenida, más allá de las obvias limitaciones que le imponen los compromisos comerciales.
La historia gira en torno a Steve Rogers, un héroe nato interpretado por Chris Evans, quien ya se había probado el traje de superhéroe como “La antorcha humana”, de “Los cuatro fantásticos”.
Pero aquí Evans no es sólo el carilindo canchero que interpretaba aquella vez. Esta vuelta le tocó un personaje más complicado: Steve Rogers en un joven debilucho, asmático y con problemas cardíacos, que pese a todo sueña con viajar al escenario de la Segunda Guerra Mundial, simplemente porque “no le gustan los aprovechadores” y quiere combatir contra los nazis.
Por supuesto, su aspecto de alfeñique y sus problemas de salud provocan que una y otra vez sea rechazada su solicitud de ingreso al ejército. Hasta que surge una posibilidad inesperada: un científico sensible, alemán pero al servicio de los Estados Unidos, lo ve en la calle y siente que es el indicado para su próximo experimento. Y, como todos sabemos, ese experimento transformará al penoso Rogers en el poderoso Capitán América.
No obstante, los problemas de Rogers no terminan allí. Será utilizado como payaso para recaudar fondos, será alejado de la acción, será abucheado por los soldados americanos, habrá una mujer que lo cautivará… En fin, es difícil la vida del superhéroe. Especialmente si tu archienemigo es un tal Calavera Roja, otro científico alemán, pero tan malo que deja a Adolf Hitler en un segundo plano.
No sería bueno ahondar en detalles de la trama. En cambio, sí conviene marcar algunos puntos fuertes y otros débiles del filme. Entre los primeros, se puede mencionar la presencia de actores secundarios de la talla de Tommy Lee Jones, Stanley Tucci y Hugo Weaving. Y un gran diseño de producción para traer al presente los primeros años de la década del 40.
En cuanto a los defectos de la película, el más notorio es endeblez de las escenas de acción. Demasiado exageradas aún para un filme de superhéroes y, un par de veces, fuera de timming. También molestan un poco los esfuerzos de Marvel por congraciarse con todos (hay buenos de todas las nacionalidades para que nadie se sienta ofendido) y al mismo tiempo preparar insistentemente el terreno para lo que importa: el estreno de “Los vengadores”, del año próximo (después de los títulos de cierre hay un extenso adelanto del filme).
Pero más allá de eso, se puede decir que, esta vez, el mundo de los superhéroes no sale tan mal parado. “Capitán América” es, en su sencillez, un filme disfrutable por los amantes del género.
La cuestión es así. El año que viene, la factoría de comics y películas llamada Marvel desembarcará en la pantalla con su más grande apuesta: un megafilme llamado “Los vengadores”, que reunirá en escena a muchos de los superhéroes que hemos visto en los últimos años desfilar por los cines. Ya conocimos a Hulk (en dos versiones distintas, de hecho), a Iron Man y a Thor, por sólo citar a los personajes centrales.
Pero a Hollywood aún le quedaba en el tintero la presentación de la última figurita importante del elenco que tendrá “Los vengadores”: el difícil Capitán América, un personaje complejo de abordar, especialmente por la carga de nacionalismo que lleva desde el nombre, el uniforme y la historia.
Pese a ello, el director Joe Johnston se las ha ingeniado para redondear una película digna y entretenida, más allá de las obvias limitaciones que le imponen los compromisos comerciales.
La historia gira en torno a Steve Rogers, un héroe nato interpretado por Chris Evans, quien ya se había probado el traje de superhéroe como “La antorcha humana”, de “Los cuatro fantásticos”.
Pero aquí Evans no es sólo el carilindo canchero que interpretaba aquella vez. Esta vuelta le tocó un personaje más complicado: Steve Rogers en un joven debilucho, asmático y con problemas cardíacos, que pese a todo sueña con viajar al escenario de la Segunda Guerra Mundial, simplemente porque “no le gustan los aprovechadores” y quiere combatir contra los nazis.
Por supuesto, su aspecto de alfeñique y sus problemas de salud provocan que una y otra vez sea rechazada su solicitud de ingreso al ejército. Hasta que surge una posibilidad inesperada: un científico sensible, alemán pero al servicio de los Estados Unidos, lo ve en la calle y siente que es el indicado para su próximo experimento. Y, como todos sabemos, ese experimento transformará al penoso Rogers en el poderoso Capitán América.
No obstante, los problemas de Rogers no terminan allí. Será utilizado como payaso para recaudar fondos, será alejado de la acción, será abucheado por los soldados americanos, habrá una mujer que lo cautivará… En fin, es difícil la vida del superhéroe. Especialmente si tu archienemigo es un tal Calavera Roja, otro científico alemán, pero tan malo que deja a Adolf Hitler en un segundo plano.
No sería bueno ahondar en detalles de la trama. En cambio, sí conviene marcar algunos puntos fuertes y otros débiles del filme. Entre los primeros, se puede mencionar la presencia de actores secundarios de la talla de Tommy Lee Jones, Stanley Tucci y Hugo Weaving. Y un gran diseño de producción para traer al presente los primeros años de la década del 40.
En cuanto a los defectos de la película, el más notorio es endeblez de las escenas de acción. Demasiado exageradas aún para un filme de superhéroes y, un par de veces, fuera de timming. También molestan un poco los esfuerzos de Marvel por congraciarse con todos (hay buenos de todas las nacionalidades para que nadie se sienta ofendido) y al mismo tiempo preparar insistentemente el terreno para lo que importa: el estreno de “Los vengadores”, del año próximo (después de los títulos de cierre hay un extenso adelanto del filme).
Pero más allá de eso, se puede decir que, esta vez, el mundo de los superhéroes no sale tan mal parado. “Capitán América” es, en su sencillez, un filme disfrutable por los amantes del género.