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Lágrimas, emoción y un arco, los regalos para Palermo
El "Titán" jugó su último partido oficial en La Bombonera y la gente lo ovacionó, con lágrimas, aplausos y emoción, y se llevó de regaló un arco del estadio
12 de junio de 2011
De la redacción de Asterisco.tv
El delantero Martín Palermo, rodeado de sus padres, su hermano y sus hijos, fue ovacionado por más de 50 mil personas en La Bombonera, tras el empate 1 a 1 ante Banfield, por la penúltima fecha del torneo Clausura, que marcó al adiós oficial del "Titan" del estadio auriazul.
"Estoy muy agradecido a todos ustedes por todo el cariño, por tantos años juntos, por tantas victorias y por tantas tristezas, pero siempre sacando una sonrisa, siempre con el gol", les dijo un emocionado y respetuoso Palermo a los hinchas que no querían irse del mítico estadio de Brandsen 805.
También la agradeció a todos los compañeros, los dirigentes, los técnicos, que lo acompañaron durante más de 10 años en el club de La Ribera.
"Boca no sería esto si no estuvieran ustedes. Boca es un grande, no por los jugadores, sino por la gente. Siempre dijeron que era hincha de Estudiantes, pero quédense tranquilos que los voy a llevar adentro de mi corazón", afirmó.
Luego recibió una capa de súper héroe que le confeccionaron los chicos de la Fundación SOS Infantil, con fondo azul y letras doradas que dice "Súper Martín".
"Palermo querido, la Doce está contigo", fue el cántico de la popular más popular de la Argentina, que desplegó banderas de todos los formatos con los colores azul y amarillo.
En un video lo felicitaron personalidades como Carlos Bianchi, Sebastián Battaglia, Guillermo Barros Schelotto, el DT Julio Falcioni, sus hijos, su hermano Gabriel, con el tema de Colplay "Viva la vida".
"No habrá ninguno igual", fue una leyendas que en letras amarillas se vio en el propio campo de juego, que acompañaron un video en el cual se recorrieron imágenes de sus mejores momentos en Boca Juniors.
La ceremonia estuvo conducida por el animador y locutor Mario Pergolini, ferviente hincha de Boca y sobre el final el regalo esperado fue el arco que da espaldas a Casa Amarilla, dio una vuelta olímpica y recibió el aplauso de todos los costados, en uno de los cuales estaba Diego Maradona, junto a toda su familia, que también despidió al "Titán", bajo el estruendo de los fuegos artificiales.