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John Hurtig: "Dudé del accidente tras tirar el pituto"
El medio hermano de María Marta García Belsunce, acusado de encubrir el crimen, admitió haber arrojado la bala por el inodoro. "La macana ya me la había mandado", dijo
30 de mayo de 2011
John Hurtig, acusado del encubrimiento del crimen de su media hermana María Marta García Belsunce, reconoció hoy mañana ante el tribunal que lo está juzgando que arrojó el famoso "pituto" por el inodoro.
Se trata del plomo abollado que fue la sexta bala que dispararon contra la cabeza de María Marta y quedó bajo su cadáver.
"Yo dudé de la idea del accidente después de tirar el 'pituto', pero la macana ya me la había mandado", dijo Hurtig en la indagatoria.
El juicio por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce continuó con la finalización de la indagatoria de Hurtig y sigue con la declaración de los primeros siete testigos convocados por la fiscalía.
La idea de los funcionarios es recrear de manera cronológica cómo fue aquel 27 de octubre de 2002 en el Carmel y los movimientos de los protagonistas de la causa.
Los siete testigos convocados en esta oportunidad son: Teresa Castagna (empleada doméstica de Sergio Binello, imputado y amigo del matrimonio Carrascosa), Arturo Campos (casero de los Binello), Jorge García Zavaleta (vecino de Carmel), Delfina Figueroa (vio el partido Boca-River en lo de Bártoli), Catalina Vargas (mucama de Bártoli), Ramón Acosta y Víctor Hugo Contreras (ambos vigiladores).
Todos ellos también declararon en 2007 en el primer juicio oral por el caso en el que el viudo Carlos Carrascosa fue condenado por encubrimiento agravado, fallo que en 2009 cambió la Cámara de Casación al aplicarle la prisión perpetua como autor del homicidio calificado de su esposa.
Las audiencias continuarán pasado mañana y el jueves en el entrepiso del edificio judicial situado en Ituzaingó 340.
El imputado Juan Carlos Hurtig, a quien la familla llama en inglés John, puede pedir en la audiencia que se iniciará este lunes para ampliar la exposición que había comenzado el martes anterior y que fue suspendida a pedido de su defensa hasta después de la visita ocular a la casa del country bonaerense El Carmel, donde en 2002 fue perpetrado el crimen.
En tanto, entre los testigos convocados por la justicia para la reanudación del juicio figura Catalina Vargas, la mucama del cuñado de García Belsunce, Guillermo Bártoli, otro de los imputados en esta causa.
El relato de la empleada doméstica fue una de las principales piezas que usó el fiscal instructor del caso, Diego Molina Pico, para desbaratar la coartada del viudo Carlos Carrascosa, condenado por el homicidio.
También fueron citados a prestar testimonio los guardias del country Ramón Acosta y Víctor Hugo Contrera, Teresa Castagna y Arturo Benito Campos, que eran empleados domésticos de Sergio Binello, otro vecino del country acusado de haberle pedido al presidente del complejo, Alberto White, que coimeara a los policías que quisieran entrar al predio durante el velatorio de María Marta García Belsunce.
Otros habitués de El Carmel como Jorge García Zavaleta, quien vio jugar al tenis a García Belsunce con su amiga Viviana Binello la tarde del domingo 27 de octubre de 2002, y Delfina Figueroa, novia del joven estudiante de medicina Diego Piazza, tendrán que volver a declarar ante la justicia como testigos.
De todos ellos, quizás el testimonio más comprometedor pueda ser el de Catalina Vargas, la empleada de la casa que en el mismo barrio cerrado tenían Bártoli y la hermana de García Belsunce, Irene Hurtig.
El testimonio de Vargas complicó la situación de Carrascosa en el juicio anterior, dado que la mujer aseguró que sirvió el café a la familia y a sus invitados en la tarde del crimen y, bajo juramento, dijo que a las 18 de aquel domingo se dirigió desde la cocina al living de la casa, pero ya no había nadie.
A esa hora, sin embargo, Carrascosa y Bártoli aseguraron que seguían frente a la televisión mirando un partido de fútbol.
Según los expedientes judiciales, al mediodía García Belsunce y su esposo habían almorzado en casa de los Binello, tras lo cual la mujer fue a jugar un partido de tenis con la anfitriona y Carrascosa fue a la casa de los Bártoli para seguir el partido entre Boca y River, club del cual es simpatizante.
García Belsunce pasó unos minutos por esa casa para saludar a la familia y siguió camino a su chalet para recibir al caer la tarde a su masajista Beatriz Michelini.
Precisamente, la defensa de la masajista había pedido al tribunal hacer uso de la palabra por lo que se espera que esta semana Michelini amplíe su testimonio original.
La nueva ronda de testigos fue dispuesta por los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro María Elena Márquez, Alberto Ortolani y Ariel Introzzi Truglia, a pedido de la fiscal Laura Zyseskind.
La fiscal había consultado días atrás a cuántas personas podía convocar en el día para declarar como testigos y la jueza Márquez le respondió: "El juicio tiene vida propia".
"El tribunal no puede calcular el tiempo" que demandarán sus exposiciones, acotó la jueza.