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Gobierno español dice que diálogo con ETA "está cerrado"
Así lo aseguró el ministro del interior de la administración de Rodríguez Zapatero, tras el atentado de Madrid. Dijo que el diálogo está "roto, liquidado, acabado"
2 de enero de 2007
Después de que el secretario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Blanco anunciara la ruptura definitiva el diálogo con la organización armada ETA, el ministro del Interior de España, Alfredo Pérez Rubalcaba, oficializó la finalización del proceso de paz al manifestar que "está roto, liquidado, acabado".
De esta manera, el funcionario del Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero confirmó el fin de las relaciones con la organización vasca, después de que ésta se adjudicara el atentado en el aeropuerto madrileño de Barajas, ocurrido el sábado pasado, que dejó como saldo la desaparición de dos ciudadanos ecuatorianos.
"Quiere que digamos que el proceso de paz ha roto. Pues bien, evidentemente se ha roto. El proceso se ha liquidado, evidentemente el proceso está liquidado. Que se ha acabado, evidentemente, está acabado", vociferó el funcionario, quien de esta forma respondió las declaraciones del secretario de Libertades Públicas del Partido Popular (PP, derecha), Ignacio Astarloa, que exigió a Rodríguez Zapatero, que haga una
"declaración formal" de la ruptura del proceso de diálogo con ETA.
Más temprano, dirigentes del PSOE habían manifestado el final de las conversaciones con ETA; aunque sin ninguna oficialización. "La voluntad de diálogo de ETA ha quedado enterrada bajo los escombros", dijo el secretario del PSOE, que pidió unidad a los partidos políticos para luchar contra el terrorismo. "Es hora de la firmeza democrática", sostuvo.
El mismo día del atentado, Rodríguez Zapatero había anunciado la "suspensión de todas las iniciativas" relacionadas con el proceso, pero no la ruptura definitiva, lo que fue considerado por la oposición como “un error absoluto", según dijo el secretario de comunicación del derechista Partido Popular (PP) Gabriel Elorriaga.
El PP se opone desde el principio a todo diálogo con "los terroristas de ETA", con los cuales intentó una vana negociación en 1999.
Esta fue para el gobierno una situación nueva: ETA rompió sus dos treguas anteriores de 1989 y 1999 a través de comunicados, pero nunca mediante un atentado.
Por otra parte, una fuente gubernamental del diario El País dijo que "si cambiasen totalmente las circunstancias en el futuro, podría haber otro proceso, pero no será éste. Se basará en una nueva resolución". A su vez añadió que un nuevo intento debería apoyarse en una "nueva resolución" del Parlamento.
El proceso de paz terminado se respaldaba en una resolución del Parlamento que en mayo de 2005 autorizó al ejecutivo a iniciar un diálogo con ETA si la organización armada manifestaba claramente su intención de renunciar a la violencia.
De esta manera, el funcionario del Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero confirmó el fin de las relaciones con la organización vasca, después de que ésta se adjudicara el atentado en el aeropuerto madrileño de Barajas, ocurrido el sábado pasado, que dejó como saldo la desaparición de dos ciudadanos ecuatorianos.
"Quiere que digamos que el proceso de paz ha roto. Pues bien, evidentemente se ha roto. El proceso se ha liquidado, evidentemente el proceso está liquidado. Que se ha acabado, evidentemente, está acabado", vociferó el funcionario, quien de esta forma respondió las declaraciones del secretario de Libertades Públicas del Partido Popular (PP, derecha), Ignacio Astarloa, que exigió a Rodríguez Zapatero, que haga una
"declaración formal" de la ruptura del proceso de diálogo con ETA.
Más temprano, dirigentes del PSOE habían manifestado el final de las conversaciones con ETA; aunque sin ninguna oficialización. "La voluntad de diálogo de ETA ha quedado enterrada bajo los escombros", dijo el secretario del PSOE, que pidió unidad a los partidos políticos para luchar contra el terrorismo. "Es hora de la firmeza democrática", sostuvo.
El mismo día del atentado, Rodríguez Zapatero había anunciado la "suspensión de todas las iniciativas" relacionadas con el proceso, pero no la ruptura definitiva, lo que fue considerado por la oposición como “un error absoluto", según dijo el secretario de comunicación del derechista Partido Popular (PP) Gabriel Elorriaga.
El PP se opone desde el principio a todo diálogo con "los terroristas de ETA", con los cuales intentó una vana negociación en 1999.
Esta fue para el gobierno una situación nueva: ETA rompió sus dos treguas anteriores de 1989 y 1999 a través de comunicados, pero nunca mediante un atentado.
Por otra parte, una fuente gubernamental del diario El País dijo que "si cambiasen totalmente las circunstancias en el futuro, podría haber otro proceso, pero no será éste. Se basará en una nueva resolución". A su vez añadió que un nuevo intento debería apoyarse en una "nueva resolución" del Parlamento.
El proceso de paz terminado se respaldaba en una resolución del Parlamento que en mayo de 2005 autorizó al ejecutivo a iniciar un diálogo con ETA si la organización armada manifestaba claramente su intención de renunciar a la violencia.