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Astrónomos descubrieron diez nuevas clases de planetas
Se trata de cuerpos "errantes" que no orbitan alrededor de estrellas. Habrían sido expulsados de Sistemas en formación. Ayudarían a entender cómo se forman otros mundos
19 de mayo de 2011
Un grupo de astrónomos detectó una nueva clase de planetas con un tamaño similar a Júpiter y que flotan solitarios. Son 10 mundos fríos y oscuros que surcan la galaxia sin rumbo. Estos cuerpos misteriosos, con la misma densidad de una bola gaseosa, ayudarían a comprender cómo se forman los planetas.

La hipótesis es que estos espectros vagabundos fueron eyectados de sistemas planetarios en formación, discos de polvo y gas en torno a estrellas en fase de nacimiento, según informó el diario Clarín. A diferencia de los planetas conocidos y que orbitan alrededor de una estrella, estos no reciben luz ni calor de ningún astro.

En el caso de nuestro Sistema Solar, esa estrella es el Sol y a su alrededor orbitan 8 planetas, entre ellos, la Tierra.

En ese marco, Roberto Venero, licenciado en Astronomía apunta que “la dinámica de estos planetas en formación, que acumulan materia del entorno con su fuerza gravitatoria, es extremadamente compleja. sus órbitas alrededor de la estrella son inestables y se producen colisiones o encuentros cercanos”.

Para entender la magnitud de esta revelación, Venero señala que “nos da una estimación de cuán frecuentes son las eyecciones y nos permite entender mejor el proceso de formación estelar y planetaria.

Los planetas solitarios son gigantes congelados que permanecen inalterados desde la época de su formación.

Conservando todas las características del disco original. La completa oscuridad en la que vagan hace que la materia en ellos se conserve sin cambios, sin ser irradiada por la luz estelar”.

El hallazgo, publicado en la revista Nature, deriva de las observaciones de una zona central de la Vía Láctea hecha por investigadores de Japón y Nueva Zelanda.

El análisis de estos cuerpos oscuros no fue directo, sino que aprovecharon el fenómeno de que los objetos de gran masa tuercen la luz de estrellas distantes con su fuerza de gravedad, tal como hacen las lentes. Por eso se concentraron en buscar esos eventos “microlenticulares”.

De verificarse las predicciones de los autores, se podrá conocer la verdadera constitución de grandes grupos de estrellas. Como expone Alejandro Gangui, doctor en Astrofísica, investigador del CONICET y profesor en Exactas-UBA, “el efecto de microlente gravitacional empleado permite detectar objetos que no emiten luz y que supuestamente abundan en las galaxias. La Vía Láctea no es una excepción. El mencionado efecto relativista se debe a que el objeto oscuro tiene la suficiente densidad de masa como para modificar apreciablemente el espacio a su alrededor. Como es el espacio el que se modifica, el efecto no depende de la longitud de onda de la luz que se detecta, y por eso es útil para cualquier tipo de fuente emisora de radiación”.

Con esta manifestación no sólo se confirma que los planetas “solitarios” existen, sino que también son bastante más comunes de lo que se suponía.

Y si bien este tipo de cuerpos son difíciles de detectar, ya que los astrónomos han conseguido poner apenas diez en el punto de mira, es muy posible que dupliquen en número a las 300.000 millones de estrellas. La estimación es que, por cada estrella de la Vía Láctea, hay 1,8 cuerpo en libre flotación del tamaño comparable al de Júpiter.

Algunos científicos consideran que los planetas de la masa de la Tierra que flotan libremente podrían ser lo suficientemente cálidos como para albergar vida. La explicación: el efecto invernadero provocado por la gran cantidad de hidrógeno en la atmósfera lo haría posible. Una misión de la NASA intentará desentrañar este misterio en la Vía Láctea.

En plan catástrofe, los especuladores astronómicos indican que si algún día estos gigantes “errantes” se aproximan al Sistema Solar, podrían causar una perturbación gravitatoria de efectos imprevisibles. Entre los peores pronósticos está el que podría ser capturado y convertirse en un nuevo planeta, a cambio de expulsar a alguno de los inquilinos actuales de la comunidad.