Asteriscos.Tv
Asteriscos.Tv - http://www.asteriscos.tv/
Permalink: http://www.asteriscos.tv/noticia-35233.html

Unicef advierte que en escuelas privadas hay más violencia
En un estudio entre la ONG y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales se reveló que superan a las públicas en casos de maltrato y hostigamiento
6 de mayo de 2011
En las escuelas privadas hay más violencia que en las públicas. Esta es una de las conclusión de un estudio realizado entre el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), que reveló que las escuelas privadas son escenario de más casos de violencia -maltrato, acoso y hostigamiento entre compañeros- que las escuelas públicas, y que las burlas y el maltrato resultan mucho más frecuentes entre estudiantes de nivel económico-social alto que entre los de menos recursos.

Los tres últimos años del secundario fueron el período en que se realizó la investigación, que presenta datos alarmantes. El 71% de los estudiantes presenció peleas de puño entre compañeros, el 66% de los chicos fue testigo de humillaciones entre ellos mismos, al tiempo que el 25% afirmó que un compañero llevó un arma blanca a la escuela, y un 6% vio que otro alumno tenía un arma de fuego.

El trabajo, titulado "Clima, conflictos y violencia en la escuela", destaca que al 66% de los alumnos que vieron situaciones constantes de humillación, hostigamiento y ridiculización se suma un 22% que teme que les ocurra a ellos mismos. Los porcentajes más altos de estos conflictos se dan entre chicos pertenecientes al nivel socioeconómico más alto. El estudio pone énfasis en una variable poco relacionada con la violencia: la calidad educativa.

"Los chicos que perciben que el profesor prepara las clases, enseña bien y ellos aprenden consideran que en su escuela no hay conflictos ni tensiones", subrayó la especialista en Educación de Unicef y directora editorial del estudio, Elena Duro, consultada por La Nación. "Si pensamos que la sobreedad alcanza el 40% en muchas escuelas, el clima conflictivo se vuelve muy alto", agregó.

La investigación, realizada en 2009, muestra, según se explicó, que la escuela no es ajena a la realidad del país y refleja muchas veces una violencia que es generada fuera del colegio. La encuesta se realizó entre 1690 alumnos de 93 escuelas de esta ciudad y del Gran Buenos Aires, entre directores, docentes y padres, y es representativa de los más de 600.000 alumnos de escuelas de este territorio.

Los chicos consultados sostienen que es más fácil acceder a drogas duras y alcohol para los estudiantes de sectores socioeconómicos más altos, pero que el paco hace estragos entre los chicos de menos recursos. Ambos extremos sociales se igualan en un punto: es posible conseguir paco en los alrededores de escuelas públicas y privadas.

Las burlas por alguna característica física (18%) y los comentarios desagradables en público (16%) encabezan la lista de las humillaciones más frecuentes, seguidas por situaciones en las que los chicos fueron evitados, tratados de un modo cruel u obligados a hacer lo que no querían. La discriminación por la vestimenta o la apariencia física afecta al 7,6%, mientras que un 5,6% se siente discriminado por razones étnicas o religiosas.

Los adolescentes no sólo son blanco de las agresiones: el 33% reconoció haber tratado mal a algún compañero, mientras que el 29% confesó haberse burlado de otro y el 21% dijo cosas que lastimaron a otro chico. Los tres porcentajes aumentan considerablemente en las escuelas privadas, donde en general se dan más casos de discriminación y agresión verbal, mientras que en las públicas hay más enfrentamientos físicos.

El género es una variable a considerar tanto en víctimas como en victimarios. Son los varones quienes más se involucran en los conflictos, ya sea provocando o recibiendo violencia, al tiempo que las mujeres son quienes más se preocupan ante las peleas y tienen miedo de que les ocurra a ellas.

A la hora de hablar del maltrato de los docentes hacia los alumnos, el 15% revela que recibieron gritos intimidantes, el 7% dice haber sido humillado en público por algún profesor y un 0,9% fue agredido físicamente por un maestro. En sentido inverso, el 22% de los chicos confiesa que se comportó de tal manera que impidió al profesor dar clase, el 8% le faltó el respeto a un docente y el 1,5% lo agredió físicamente.

"Si bien el 18% fue víctima de un robo o hurto dentro de la escuela, más de la mitad de los alumnos está preocupada porque esto pueda ocurrirle", expresó Duro. Un 51% teme ser víctima de violencia en el trayecto que va de la casa a la escuela.

El objetivo del trabajo es, además de describir el clima en el que se convive en las escuelas, dimensionar un fenómeno que no suele estar bien abordado por las autoridades escolares. Y, al mismo tiempo, expresar algunas recomendaciones de los propios actores involucrados y de los especialistas que participaron del estudio.

"El vandalismo contra materiales u objetos de la escuela también ocurre con mayor frecuencia en el segmento socioeconómico alto -aseguró Duro-. Este estudio desmitifica esa creencia de que los sectores de menos recursos son más violentos."

Los especialistas distinguen entre violencia en la escuela y violencia escolar. En la primera la escuela actúa como reflejo de lo que ocurre en la sociedad y la familia, mientras que la segunda es fruto de las relaciones interpersonales dentro del ámbito escolar. "Las escuelas de elite encapsulan y ocultan los problemas de violencia y los robos, y en general echan a los alumnos conflictivos", lamentó Duro. La poca participación de los estudiantes en la construcción y la revisión de los regímenes de convivencia puede ser una de las causas de la violencia. La escasa capacitación de los directivos para lidiar con situaciones sociales cada vez más complejas es otro de los motivos que señalan los expertos.

"La escuela es un dique de contención de la violencia que ocurre fuera de la escuela, pero no contiene todo lo que se espera de ella", explicó Luis D'Angelo, autor de la investigación junto con Daniel Fernández.