"Han sido los 38 minutos más intensos de mi vida".

Con esa frase, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, describió sus sentimientos mientras seguía atentamente y se tomaba la cara por momentos -como se ve en la foto oficial-, junto al presidente Barack Obama, el ataque final para liquidar al líder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden.

El terrorista fue asesinado por un comando estadounidense el domingo pasado en Pakistán.

Hillary intentó así explicar el rostro que exhibía en la foto que difundió la Casa Blanca, donde se veía al gabinete de seguridad de Barack Obama mientras miraban en directo el operativo de las fuerzas especiales de EEUU en la residencia de Bin Laden en Pakistán.

Clinton, quien se encuentra en Italia para asistir a la reunión del Grupo de Contacto sobre Libia, aclaró durante una conferencia de prensa que no dará detalles de la operación.

"Fue una operación según las máximas normas de profesionalidad", dijo Clinton, para quien "Bin Laden era el enemigo jurado de los Estados Unidos y un peligro para la humanidad entera".

"Los crímenes que cometió causaron miles de muertos, sobre todo, de musulmanes", afirmó la secretaria de Estado de los EEUU.

"Su ideología estaba impregnada de violencia y, afortunadamente, es rechazada en los acontecimientos actuales en Medio Oriente y África del Norte, donde la gente protesta pacíficamente", comentó.

La muerte del enemigo número uno de los Estados Unidos en un operativo con helicópteros, en pleno territorio de Pakistán, es uno de los principales triunfos de la administración de Barack Obama desde que llegó a la Casa Blanca en 2008.