Las empresas que importan autos de alta gama seguirán encontrando obstáculos para ingresar esos vehículos en el país hasta tanto no desarrollen proyectos de exportación de bienes o servicios que permitan algún tipo de compensación en la balanza comercial.

Con esta advertencia, el Gobierno oficializó la política lanzada informalmente a comienzos de mes por la cual siguen frenados en los depósitos fiscales automóviles de marcas tales como Audi, BMW, Mini, Mercedes Benz, Volvo y otras. Estas restricciones se suman -y de hecho son más amplias- a la batería de licencias no automáticas de importación que se anunciaron el martes pasado, entre las que se encuentran los autos de alta gama con determinadas características en su motorización, informa el diario La Nación.

La ministra de Industria, Débora Giorgi, recibió a los representantes de la Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (Cidoa) -encabezada por Arturo Scalise, importador de Mitsubishi- y les reclamó que presenten "en forma inmediata planes de exportación desde la Argentina al mundo", indicaron fuentes oficiales. "La ministra señaló que hasta que no empiecen a viabilizar esos proyectos, la decisión oficial es restringir el ingreso de automóviles importados de extrazona", agregaron. Fuentes del sector privado indicaron que también están teniendo problemas con el ingreso de vehículos fabricados en el Mercosur.

Giorgi -que también tuvo reuniones con algunas empresas por separado, como las alemanas BMW y Porsche y la china Chery- les dijo a las automotrices que este año debían reducir en un 20% sus importaciones respecto de los valores registrados en 2010, además de equilibrar la balanza comercial.

Pero mientras algunas marcas, como Mercedes Benz o Audi (del grupo Volkswagen), producen en la Argentina y tienen capacidad de exportación, otras -como la coreanas Hyundai y Kia o la japonesa Mitsubishi- deben buscar mecanismos alternativos para compensar las divisas que gastan en sus importaciones.

A BMW, por ejemplo, le pidieron que reactive viejos planes para ensamblar motos en territorio nacional. Otras podrían hacer gestiones antes las casas matrices para que adquieran en la Argentina desde algunas autopartes (como cueros o tapizados) hasta bienes y servicios anexos, como la cartelería para sus concesionarios o el diseño de sus publicidades. En algunos casos extremos, el proyecto conversado con Giorgi se aleja bastante del núcleo del negocio de la automotriz: "Una empresa está planteando distribuir desde la Argentina vinos nacionales asociados a la marca", informaron en el Gobierno.

Aunque es poco probable que lleguen a compensar el total de la importación de vehículos de extrazona (unos 40.000 autos durante 2010, el 6% del mercado interno), en el Ministerio de Industria se van a fijar más en el gesto que en el número final. "Queremos que los departamentos de compras centrales de esas automotrices compren en la Argentina", dijo un funcionario de esa cartera a La Nación.