El canciller argentino, Héctor Timerman, tiró una bomba y levantó polvareda. En una de sus apariciones twitteras denunció que la policía Metropolitana recibe cursos de tortura de Estados Unidos. Varios diplomáticos norteamericanos salieron al cruce y coincidieron en que "es una comparación bastante infeliz".

"La verdad, es una comparación bastante infeliz", confió una fuente diplomática, mientras se respiraba un aire de asombro por las expresiones del funcionario argentino.

En medios locales se insistió en que decenas de oficiales argentinos "de varias instituciones" pasaron en los últimos cuatro años por la escuela norteamericana que descalificó el canciller.

Entre los asistentes que provinieron de la Argentina "hubo personal de la policía nacional, también de la provincial y de fronteras", según explicaron quienes trabajan con la academia y que ayer fueron tomados por sorpresa al verse en medio de la disputa.

Por la International Law Enforcement Academy (ILEA), con sede en El Salvador, también es frecuente que cursen estudios "jueces y fiscales", según se indicó en esta ciudad, aunque no se pudo precisar si ése era, también el caso de la Argentina.

Nadie quiso entrar en disputa con el canciller argentino, luego de que en el gobierno argentino no cayó bien el anuncio del viaje que el presidente Barack Obama emprenderá el mes próximo por El Salvador, Brasil y Chile, sin tocar suelo argentino.

"Es bueno recordar que, por ley, ninguna academia de los Estados Unidos puede adiestrar en prácticas reñidas con los derechos humanos", indicaron fuentes locales. Y añadieron que "en el caso del ILEA, cuenta con convenios y adhesiones de Interpol, Europol, la Comisión Europea, Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos".

En el Departamento de Estado aseguraron ayer que "es un honor colaborar con el gobierno argentino en promover la estabilidad social, política y económica combatiendo el crimen mediante el entrenamiento de los oficiales a cargo de la ley", según dijo Susan Pittman, de la oficina Internacional Antinarcóticos (Bureau of International Narcotics and Law Enforcement), una de las dependencias responsable de la academia.

El centro se habilitó en 2005 en El Salvador. La última estadística local disponible, de 2009, indica que más de 900 personas de una veintena de países de la región recibieron instrucción allí. Entre las excepciones figura Venezuela.

Analistas regionales sí aceptaron que la academia quedó envuelta en cierta disputa política con la reciente posibilidad de que albergue a un "grupo reducido" de efectivos de los Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, luego de que el gobierno de Ecuador decidiera deshabilitar para ello su base de Manta.

El cierre de Manta y el debate para que las fuerzas norteamericanas pudieran usar, a cambio, una base en Colombia y disponer de algún apoyo en el salvadoreño ILEA fue parte de una acalorada disputa regional en el seno de la Unasur, que lideraba el fallecido ex presidente Néstor Kirchner.

"De todos modos, la academia no tiene nada que ver" con la eventual presencia de oficiales asignados a la lucha contra el narcotráfico, dijeron analistas.

"Es una academia con orientación en valores de la sociedad civil", dijeron fuentes diplomáticas. En su actividad participan "varias universidades" de los Estados Unidos "y no es fácil" ser aceptado en ella, según sostuvieron.