Oscar Shuberoff, que condujo la Universidad de Buenos Aires en medio de polémicas y cruces políticos en el retorno de la democracia, murió hoy a los 66 años de un paro cardíaco.

Ejerció el cargo de rector 16 años ininterrumpidos, lo que demuestra cómo se supo adaptar a los vaivenes políticos del país.

Fue profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Decano normalizador de esa unidad académica, hasta que en 1986 la Asamblea Universitaria lo eligió por primera vez como rector. Luego, en 1990, fue reelecto. En 2002 lo reemplazó Guillermo Jaim Etcheverry.

Shuberoff había sido denunciado en 2001 por la oficina anticorrupción por presuntas irregularidades en sus declaraciones patrimoniales relacionadas con una serie de viviendas en las ciudades estadounidenses de Washington y Virgina. El aducía que "esas propiedades habían sido adquiridas antes de llegar a la función pública".

En 2007, cuando iba a ser sometido a juicio por "omisión maliciosa", resultó sobreseído porque la lentitud del trámite judicial prescribió la causa. Según la Oficina Anticorrupción, Shuberoff tenía a su nombre nueve viviendas: cuatro en Falls Church, tres en Alexandria y dos en Arlington, por más de 1,5 millón de dólares.

Shuberoff tuvo una actividad intensa en la UBA. Durante sus años al frente de la gestión se creó la Facultad de Ciencias Sociales, con sus cinco carreras; y se abrieron distintos centros regionales universitarios, como parte de la política de descentralización y regionalización de la UBA.

Como referente político del radicalismo, Shuberoff supo establecer lazos que lo mantuvieron en el poder pese al embate del peronismo y la izquierda. Cuestionado y polémico, aprendió a moverse en el mundo político nacional.

Durante su gestión, respaldó a la agrupación universitaria del radicalismo, Franja Morada, hegemónica en la UBA desde la vuelta de la democracia, en varios centros y federaciones estudiantiles del país.

Apodado "el gordo" en el ambiente universitario, fue derrotado en abril de 2002 en la Asamblea que sesionó entre "huevazos y sillazos", donde la mayoría de los consejeros votó al ex decano de Medicina Guillermo Jaim Etcheverry en el máximo cargo.

Casado con la psicóloga Silvia Quesada, responsable del área de postgrado de esa disciplina en esa facultad de la UBA, Shuberoff en los últimos tiempos se acercó a su círculo de amigos más íntimos, ya que se sabía que algunos de sus ex funcionarios no le atendían el teléfono.

Su salud venía deteriorándose hace dos años, pero en 2009, el cuadro se agravó, incluso anímicamente cuando falleció Salvador, su cuñado y permanente compañero de ruta. Hoy murió tras cuatro paros cardíacos sucesivos en el Hospital Alemán de esta capital, y una salud deteriorada por diabetes.