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Destino Cuartos: tiros del penal, para Argentina es aún sufrir
En los dos últimos partidos de mundiales, Alemania sacó ventajas por este medio. En 1990 fue campeón. En 2006, salió vencedor y eliminó a Argentina
2 de julio de 2010
Por Roberto Aguirre Blanco, de Asteriscos.Tv
El sufrimiento desde el tiro del penal. La selección de Argentina lo sufrió en los dos últimos partidos oficiales en Copa del Mundo ante Alemania.
En una oportunidad, Italia 1990, se escabulló una final peleada y cerrada con una sanción que aún hoy se polemiza y que le quitó la chance a los “albicelestes” de ser bicampeones del mundo.
Y, la última, más fresca aún en la memoria de los hinchas, la definición de los cuartos de final de Alemania 2006 donde los locales siguieron en el torneo al eliminar a Argentina 4 a 2 en la serie de penales.
Esa chance del juego, que tantas veces les dio alegrías a los argentinos, especialmente en el Mundial de 1990, fue una suerte para el rival cuando se midieron contra los alemanes.
La final de Italia 1990 fue realmente muy dura, con un equipo argentino diezmado por lesiones y amonestados que tras un comienzo muy malo del torneo logró llegar al partido decisivo con lo que le quedaba y que incluía a un Maradona en una sola pierna.
Argentina que había eliminado a Brasil, Yugoslavia e Italia (estos dos últimos por definición de penales) intentó aguantar el partido ante una Alemania que jugaba su tercera final consecutiva con dos derrotas en sus espaldas.
Faltando diez minutos para el final, una falta aún discutida de Roberto Sensini que el juez mexicano Edgardo Codesal no dudó en sancionar un penal, fue convertido en gol por un remate preciso del defensor Andreas Brehme.
El arquero Sergio Goycochea convertido en héroe nacional no pudo detener el excelente remate del alemán que con tan poco y ante un rival con dos jugadores menos por expulsión de Monzón y Dezzoti, fue campeón del Mundo.
En el final, las cámaras de la televisión no dejaron de mostar el llanto desconsolado de Maradona y la frustración de millones de argentinos dibujado en su rostro.
Pasaron 16 años para que volvieran a encontrarse en la Copa del Mundo y fue en otra definición apasionante en los cuartos de final del torneo jugado en tierras germánicas en 2006.
Allí el equipo que dirigió José Pekerman llegó invicto y con buen paso a ese choque que lo tuvo como dominador. pero apenas con un gol de diferencia, convertido por Roberto Ayala al inicio del segundo tiempo.
Sin embargo una serie de contratiempos invadió al equipo nacional primero con la salida por lesión del arquero Roberto Abbondanzieri y luego, con fuertes dudas en la defensa que a siete minutos del final provocó el empate de los locales a través de Miroslav Klose.
Sin sacarse ventajas en el tiempo suplementario se llegó a la definición por penales donde aparentemente el arquero alemán Jens Lehmann recibió un “papelito” con datos de cómo pateaban los jugadores argentinos.
Verdad o mentira, lo cierto es que Alemania ganó la definición por 4 a 2, con todos los remates convertidos por los teutónicos y dos atajados por Lehmann a Ayala y Esteban Cambiasso.
Argentina se despidió sin perder ningún partido en ese certamen y con un sabor amargo que quedó testimoniado en el enojo de Lionel Messi sentado en el banco de suplentes con ganas de ingresar y la actitud de ignorar ese deseo por parte del DT.
El sufrimiento desde el tiro del penal. La selección de Argentina lo sufrió en los dos últimos partidos oficiales en Copa del Mundo ante Alemania.
En una oportunidad, Italia 1990, se escabulló una final peleada y cerrada con una sanción que aún hoy se polemiza y que le quitó la chance a los “albicelestes” de ser bicampeones del mundo.
Y, la última, más fresca aún en la memoria de los hinchas, la definición de los cuartos de final de Alemania 2006 donde los locales siguieron en el torneo al eliminar a Argentina 4 a 2 en la serie de penales.
Esa chance del juego, que tantas veces les dio alegrías a los argentinos, especialmente en el Mundial de 1990, fue una suerte para el rival cuando se midieron contra los alemanes.
La final de Italia 1990 fue realmente muy dura, con un equipo argentino diezmado por lesiones y amonestados que tras un comienzo muy malo del torneo logró llegar al partido decisivo con lo que le quedaba y que incluía a un Maradona en una sola pierna.
Argentina que había eliminado a Brasil, Yugoslavia e Italia (estos dos últimos por definición de penales) intentó aguantar el partido ante una Alemania que jugaba su tercera final consecutiva con dos derrotas en sus espaldas.
Faltando diez minutos para el final, una falta aún discutida de Roberto Sensini que el juez mexicano Edgardo Codesal no dudó en sancionar un penal, fue convertido en gol por un remate preciso del defensor Andreas Brehme.
El arquero Sergio Goycochea convertido en héroe nacional no pudo detener el excelente remate del alemán que con tan poco y ante un rival con dos jugadores menos por expulsión de Monzón y Dezzoti, fue campeón del Mundo.
En el final, las cámaras de la televisión no dejaron de mostar el llanto desconsolado de Maradona y la frustración de millones de argentinos dibujado en su rostro.
Pasaron 16 años para que volvieran a encontrarse en la Copa del Mundo y fue en otra definición apasionante en los cuartos de final del torneo jugado en tierras germánicas en 2006.
Allí el equipo que dirigió José Pekerman llegó invicto y con buen paso a ese choque que lo tuvo como dominador. pero apenas con un gol de diferencia, convertido por Roberto Ayala al inicio del segundo tiempo.
Sin embargo una serie de contratiempos invadió al equipo nacional primero con la salida por lesión del arquero Roberto Abbondanzieri y luego, con fuertes dudas en la defensa que a siete minutos del final provocó el empate de los locales a través de Miroslav Klose.
Sin sacarse ventajas en el tiempo suplementario se llegó a la definición por penales donde aparentemente el arquero alemán Jens Lehmann recibió un “papelito” con datos de cómo pateaban los jugadores argentinos.
Verdad o mentira, lo cierto es que Alemania ganó la definición por 4 a 2, con todos los remates convertidos por los teutónicos y dos atajados por Lehmann a Ayala y Esteban Cambiasso.
Argentina se despidió sin perder ningún partido en ese certamen y con un sabor amargo que quedó testimoniado en el enojo de Lionel Messi sentado en el banco de suplentes con ganas de ingresar y la actitud de ignorar ese deseo por parte del DT.