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"La Marsellesa" sonó fuerte y con calidad en el Mundial 1998
Francia en el primer mundial con 32 equipos y un digno campeón que venció a Brasil . Zidane su gran figura. Argentina de la épica con Inglaterra a la derrota con Holanda
6 de junio de 2010
La XVI Copa Mundial de la FIFA fue la mayor de la historia: en ella participaron 32 equipos que disputaron 64 encuentros.

Los ocho grupos, de cuatro selecciones cada uno, fueron repartidos por toda Francia, entre los diez estadios nuevos o remodelados.

El partido inaugural y la final se disputaron en el espléndido Estadio de Francia, de reciente construcción, situado en Saint-Denis, al norte de París.

La participación de 32 países suponía treinta puestos de clasificación disponibles, lo que dio más oportunidades a equipos africanos y asiáticos.

Los grupos de cuatro equipos también reflejaron la distribución geográfica, ya que todos ellos, excepto uno, contaban con dos selecciones europeas, una americana y otra africana o asiática.

Como suele ocurrir en la Copa Mundial de la FIFA, la primera ronda deparó no pocas sorpresas. Algunos de los favoritos tuvieron que dejar paso a conjuntos por cuya clasificación nadie habría apostado en un principio.

España, tras un mal comienzo y a pesar de despedirse con la cabeza bien alta, no consiguió acabar con su mala suerte en la Copa Mundial de la FIFA

Cuando lo tenía todo en contra, tras caer por 3-2 ante Nigeria en su primer partido, el equipo de Javier Clemente logró hacerle seis goles a una desventurada Bulgaria, pero finalmente fue Paraguay, tras su victoria sobre las "águilas verdes", que lideraban el grupo, quien consiguió clasificarse, dejando fuera a España.

Colombia también se quedó en la primera fase, en un grupo encabezado por una selección rumana que dio la sorpresa al imponerse a Inglaterra por 2-1.

Escocia y Jamaica tuvieron que inclinarse en sus grupos de clasificación ante Brasil y Argentina, respectivamente, pero sus hinchadas aprovecharon las dos primeras semanas de competición para repartir efusión y alegría por toda Francia.

Marruecos también se marchó del torneo con cierta amargura, ya que un penal en el último minuto permitió a Noruega derrotar a la todopoderosa Brasil y arrebatar la segunda plaza del grupo al combinado magrebí.

El encuentro más memorable de octavos de final fue el disputado en Saint-Etienne entre Inglaterra y Argentina.

La primera mitad pasará a los anales del deporte como 45 minutos de fútbol clásico: un penal para cada equipo en los diez primeros minutos; el golazo de Michael Owen, que adelantó a los "tres leones"; y el golpe franco transformado con precisión milimétrica por Javier Zanetti, que empató el partido al borde del descanso.

Tras la reanudación, los goles se vieron reemplazados por momentos dramáticos: David Beckham fue expulsado por dar una patada a Diego Simeone, el árbitro anuló a Sol Campbell el tanto que hubiera supuesto el triunfo inglés, por falta sobre el el arquero Roa, prórroga, penales, etc.

Carlos Roa le paró a David Batty el quinto y último lanzamiento de Inglaterra, clasificando así a la "albiceleste" para la final.

De todas formas la gloria fue efímera: cuatro días después,e ne los cuarto de final Holanda eliminó a Argentina tras derrotarla 2 a 1.

Por su parte, Francia, la nación anfitriona, avanzaba con paso lento pero seguro hacia su cita con el destino.

Tras hacer pleno en la fase de liguilla, encontró una encarnizada resistencia ante Paraguay y necesitó para clasificarse el primer (y hasta ahora único) gol de oro de la historia de la Copa Mundial de la FIFA, logrado por el defensa central Laurent Blanc en el minuto 113.

Italia fue su siguiente rival, y esta vez fueron los postes los que vinieron a su rescate.

Roberto Baggio cabeceó fuera un balón cuando estaba sin marca en los últimos minutos de la prórroga y Luigi di Biagio envió al larguero el quinto y decisivo lanzamiento de la tanda de penales.

En semifinales, el país anfitrión se cruzó con la revelación del campeonato: Croacia.

En su primera Copa Mundial de la FIFA tras la división de la ex Yugoslavia en varios estados independientes, los héroes de camiseta a cuadros de Miroslav Blazevic arrollaron a Alemania con un 3-0 en cuartos de final y, más adelante, dejaron de pie a la afición local cuando Davor Suker, ganador de la bota de oro, adelantó a su equipo ante Francia después del descanso.

Surgió entonces la figura; el lateral derecho Lilian Thuram eligió ese preciso momento para marcar su dos primeros goles como internacional y preparó una final de ensueño: Francia, el país organizador, contra Brasil, vigente campeona, que se había impuesto a Chile, Dinamarca y Holanda en las eliminatorias.

Así fue como, el 12 de julio, "llegó el día de la gloria", si tomamos prestada una línea de La Marsellesa, el himno nacional francés.

Con un gol de cabeza en el minuto 27 y otro en el tiempo añadido de la primera mitad, el mediapunta Zinedine Zidane asestó a sus rivales brasileños dos golpes de los que ya no se recuperarían.

A pesar de quedarse con diez hombres tras la expulsión de Marcel Desailly en el minuto 68, la fortaleza francesa no sólo resistió la acometida final de Brasil, sino que incluso marcó otro tanto, tras un contragolpe de Emmanuel Petit en el último minuto.

El pitazo final del árbitro marroquí Belqola, el primer africano que arbitraba una final de la Copa Mundial de la FIFA, fue la señal para que todo el país diera rienda suelta a un éxtasis de júbilo.

Tan sólo en los Campos Elíseos se dieron cita más de un millón de personas, que celebraron el triunfo bailando toda la noche.