El juez federal Claudio Bonadio procesó hoy al ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, por el delito de "recepción de dádivas".

El magistrado lo investiga en un caso en el que se determinó que empresarios privados, alguno de ellos del área de transporte, le pagaron viajes en taxis aéreos. El magistrado le trabó un embargo a ex funcionario y también procesó a los empresarios que pagaron los viajes, informó Clarin.com.

El 5 de marzo pasado, Jaime se presentó a su primera indagatoria. Bonadio lo citó para que explicara cómo eran pagados los viajes en taxis aéreos. No aceptó preguntas y presentó un escrito. Sobre los 14 viajes investigados dio explicaciones acerca de ocho. Pero no dijo nada del resto.

En aquella ocasión, escribió que dos viajes a Brasil se hicieron por razones de Estado y que no hubo costo alguno para las arcas públicas. Agregó que no hubo "dádivas" porque eran vuelos de demostración ofrecidos por las empresas de taxis aéreos.

Sobre los otros seis, que hizo con sus familiares y amigos, señaló que "tales viajes fueron contratados por mi hermano Daniel, a través del estudio jurídico Miguel Couto Advogados Associados, que no es otro que el estudio jurídico que mi hermano utiliza en forma habitual para sus diferentes asuntos en la República de Brasil". Es decir que para explicar por qué el Grupo Cirigliano -que explota trenes y colectivos- le pagó los viajes, Jaime incluyó en el entramado judicial a su hermano que vive en Brasil.

El estudio que maneja los asuntos de su hermano --que tiene una fábrica de zapatos--, contactó a otro estudio que habló con el Grupo Cirigliano para que contratara los viajes que hizo Jaime.

El ex secretario no dijo nada sobre los otros viajes que habían pagado otros imputados en el caso. Pero el 22 de marzo, 17 días después del llamado a indagatoria, se presentó nuevamente y en un escrito de seis carillas que se conoce hoy, intentó explicar los viajes restantes. Jaime tuvo que informar por qué viajó a Brasil en enero de 2008 con un pasaje de cortesía de Aerolíneas Argentinas. Por ese hecho fue imputado Jorge Molina, ex gerente de Asuntos Públicos de la línea aérea durante la gestión de la empresa Marsans. Fue Molina quien autorizó ese pasaje. Jaime negó saber que era de cortesía y esgrimió como defensa que no tenía una buena relación con Marsans y fue uno de los impulsores de la expropiación de la compañía.

Sobre algunos de los otros viajes, señaló que fueron pagados por empresas que no tienen relación con el sector del transporte y entonces no pueden ser considerados como dádivas. Lo que no dice es que esos viajes fueron pagados por Manuel Vázquez y su hijo Julián. Manuel fue asesor de Jaime y se lo vincula con el entramado de negocios hechos al amparo del poder que manejó Jaime durante los años que fue funcionario de Néstor y Cristina Kirchner. Los Vázquez están imputados en la causa.

Sobre otros dos viajes, el ex funcionario kirchnerista señaló que fueron pagados por la empresa CSP Bussines y que no tiene relación con el sector que debía controlar. Pero esos dos viajes fueron pagados por Gustavo Carmona, un "comercializador" de vuelos en taxis aéreos quien señaló que no conoce a la empresa CSP y que nunca pagó esos viajes. Por lo tanto, el argumento de Jaime, en este caso también, muestra fisuras.