Por Roberto Aguirre Blanco

"Somos más famosos que Jesús", dijo el líder de Los Beatles John Lennon en el apogeo de la beatlemanía como una referencia exacta de lo que pasaba en el mundo con la popularidad de los fabulosos cuatro en la década del sesenta.

No fue por parte de Lennon un gesto de soberbia, sino una reflexión real y concreta de lo que sucedía, y una sensanción de la "locura" que se había intalado en el mundo a través de la disfusión de la música beatle.

Sin embargo, tamaña reflexión generó que desde la Iglesia se los califacara de "blásfemos" y "satánicos" a Los Beatles y se sugiriera que su música e influencia "perturbaba" la cabeza de los jovenes del mundo en los inolvidables años sesenta.

Se inicio una gran campaña de prensa desde los medios católicos y en las zonas ultra conservadoras de Estados Unidos llegaran inclusive a realizarse fogatas públicas en las calles para quemar los discos de los genios de Liverpool. Fue como la Inquisición musical.

De todas formas, a pesar de la campaña de los que eran "más papistas que el Papa" no sirvió de mucho, y en la tercera gira por Estados Unidos, los Beatles rompieron todos sus récords de ventas y llenaron , por primera vez para una banda pop, estadios de fútbol de más de 70 mil espectadores.

Las diferencias entre la Iglesia y el grupo de Liverpool surgieron cuando John Lennon dijo que la banda era "más famosa que Jesucristo". En el artículo califican a su música como "hermosa".

El Vaticano ha publicado en su periódico "L Osservatore Romano" dos artículos referidos a la banda de Liverpool, The Beatles, a 40 años de la separación del grupo.

De esta manera, la iglesia perdona a la banda y en especial a John Lennon quien había afirmado que el grupo era más famoso que Jesucristo.

Muchos años atrás, la frase de Lennon fue interpretada por el Vaticano como "un mensaje misterioso o tal vez satánico".

No obstante, en su diario se pregunta: "¿Qué hubiera sido de la música pop sin la existencia de los Beatles?" a la vez que califica a su música de "hermosa".

Asimismo, El periódico L'Osservatore Romano publicó: "Ellos usaron drogas y vivieron una vida disoluta, incluso dijeron que eran más famosos que Jesús. Pero al escuchar sus canciones todo eso parece distante; sus melodías, están vivas como joyas preciosas". Sus bellas melodías, que cambiaron para siempre la música pop y que aún nos emocionan, viven en nosotros como joyas preciosas".

No hay nada como el perdón divino, aunque llegue siempre a destiempo y después de haber ejercido una actitud represiva y cargada de persecución.

Nada es eterno. Ahora hasta hay religiosos que parecen que quisieran "canonizar" a los músicos.

¿Se vienen Saint John, Paul, George y Ringo ?. Está claro que Jesús no tiene egoísmos, y hoy, con cierta mirada mas progresista, "en el cielo con diamantes" del Vaticano se soporta compartir la fama con los cuatro genios. Hasta es más "cool". Alabado sea.