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Preocupación por la presión para que avance la RSE
Empresarios temen que haya demasiada presión para legislar sobre Responsabilidad Social Empresaria. Advirtieron que muchas veces se confunde el término
2 de noviembre de 2006
Los empresarios se mostraron preocupados por el avance de las iniciativas legislativas vinculadas con la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y advirtieron que en muchos casos se producen confusiones a cerca del significado de la idea de RSE.
En el marco del 42 Coloquio Anual de IDEA que se desarrolla hasta mañana en Mar del Plata, los directivos también subrayaron que las industrias “no pueden sustituir al Estado en la implementación de políticas sociales”.
La incomodidad empresarial se manifestó claramente durante el encuentro, cuando el presidente de la Unión de Empresas de la Unión Europea y de Volskswagen Argentina, Víctor Klima, subrayó que “no funcionará una ley que pretenda obligar a las empresas a tener planes de responsabilidad social empresaria”.
De este modo, atacó la iniciativa de “balanza social” que se encuentra en el Senado y planteó claramente cuales deben ser –a su juicio- los límites de la RSE: “Un camino conjunto” entre las empresas y la política.
“La actividad de una empresa no puede sustituir la función del Estado sino complementarla”, precisó Klima, quien fue primer ministro de Austria.
Por su parte, el presidente de IDEA, Ignacio González García, -quien actuó como moderador de la exposición-, relató que la entidad fue recibida en el Senado “con mucha cortesía” por los senadores Jorge Capitanich y María Laura Leguizamón, e invitaron a los empresarios a realizar los aportes que fueran necesarios.
González García indicó que intentarán que la ley no contenga “efectos no deseados”, porque el “umbral de las empresas es hacer negocios en forma responsable”.
En tanto, el presidente de Acindar y titular del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo, Arturo Acevedo, analizó: “pensar que una empresa puede desarrollarse con perdurabilidad en una sociedad que no es exitosa tiene sus inconvenientes”.
“La responsabilidad social empresaria constituye el compromiso de la empresa de contribuir al desarrollo sostenible con la participación de sus grupos de interés, a fin de mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto”, agregó.
A su turno, Pierre Hupperts, presidente de la Consultora que lleva su nombre, ponderó los efectos de la RSE y dijo que tiene que ser parte de la estrategia empresarial.
“Hace poco se hizo una gran encuesta sobre este tema en empresas y sólo 8 por ciento de los gerentes dicen que lo hacen por convicción”, señaló el sociólogo y afirmó: “Es un porcentaje muy bajo y de esto se desprende la necesidad de que las empresas hagan de la RSE algo orgánico”.
Con respecto a la confusión conceptual en torno a la RSE, Hupperts aseguró que en Latinoamérica, Sudáfrica y algunos países de Europa hay una confusión conceptual sobre la RSE.
Acevedo, por su parte, destacó que “la responsabilidad social empresaria generó en el mundo una serie de iniciativas” y también subrayó que “se generó una gran confusión”. El empresario puntualizó que hay “solo tres de importancia: el pacto global, el reporte de iniciativas globales (GRI) y las normas ISO 26000”.
En el marco del 42 Coloquio Anual de IDEA que se desarrolla hasta mañana en Mar del Plata, los directivos también subrayaron que las industrias “no pueden sustituir al Estado en la implementación de políticas sociales”.
La incomodidad empresarial se manifestó claramente durante el encuentro, cuando el presidente de la Unión de Empresas de la Unión Europea y de Volskswagen Argentina, Víctor Klima, subrayó que “no funcionará una ley que pretenda obligar a las empresas a tener planes de responsabilidad social empresaria”.
De este modo, atacó la iniciativa de “balanza social” que se encuentra en el Senado y planteó claramente cuales deben ser –a su juicio- los límites de la RSE: “Un camino conjunto” entre las empresas y la política.
“La actividad de una empresa no puede sustituir la función del Estado sino complementarla”, precisó Klima, quien fue primer ministro de Austria.
Por su parte, el presidente de IDEA, Ignacio González García, -quien actuó como moderador de la exposición-, relató que la entidad fue recibida en el Senado “con mucha cortesía” por los senadores Jorge Capitanich y María Laura Leguizamón, e invitaron a los empresarios a realizar los aportes que fueran necesarios.
González García indicó que intentarán que la ley no contenga “efectos no deseados”, porque el “umbral de las empresas es hacer negocios en forma responsable”.
En tanto, el presidente de Acindar y titular del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo, Arturo Acevedo, analizó: “pensar que una empresa puede desarrollarse con perdurabilidad en una sociedad que no es exitosa tiene sus inconvenientes”.
“La responsabilidad social empresaria constituye el compromiso de la empresa de contribuir al desarrollo sostenible con la participación de sus grupos de interés, a fin de mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto”, agregó.
A su turno, Pierre Hupperts, presidente de la Consultora que lleva su nombre, ponderó los efectos de la RSE y dijo que tiene que ser parte de la estrategia empresarial.
“Hace poco se hizo una gran encuesta sobre este tema en empresas y sólo 8 por ciento de los gerentes dicen que lo hacen por convicción”, señaló el sociólogo y afirmó: “Es un porcentaje muy bajo y de esto se desprende la necesidad de que las empresas hagan de la RSE algo orgánico”.
Con respecto a la confusión conceptual en torno a la RSE, Hupperts aseguró que en Latinoamérica, Sudáfrica y algunos países de Europa hay una confusión conceptual sobre la RSE.
Acevedo, por su parte, destacó que “la responsabilidad social empresaria generó en el mundo una serie de iniciativas” y también subrayó que “se generó una gran confusión”. El empresario puntualizó que hay “solo tres de importancia: el pacto global, el reporte de iniciativas globales (GRI) y las normas ISO 26000”.