Uno los extrae del cajero y, una vez en la calle, los billetes se disuelven en las palmas de las manos.

Sucede en la capital alemana y la policía criminal de dicho país maneja la hipótesis de que este hecho podría deberse a un sabotaje provocado por productos químicos.

Así lo comunicó hoy el Bundesbank, el banco emisor alemán, que hasta el momento registró el hallazgo de unos mil billetes de dichos rasgos en toda Alemania.

Los billetes se deshacen en varios pedazos al entrar en contacto con la mano, por ejemplo al salir del cajero automático.

La entidad ratificó que el fenómeno se observa en billetes de todas las denominaciones inferiores a 200 euros (unos 250 dólares).

Al parecer, el causante de la disolución de los papeles es un producto químico con el que fueron impregnados los billetes con posterioridad a su fabricación.

"No se trata de un defecto de producción", afirmó un vocero del Bundesbank.

El representante de la entidad dijo sin embargo que por el momento no está claro si el fenómeno es producto de manipulación o es un daño no intencionado.