Francisco Madariaga Quintela, el último hijo de desaparecidos en ser identificado por la organización Abuelas de Plaza de Mayo, aseguró que "tener identidad es lo más lindo que hay".

En una conferencia de prensa ofrecida en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, junto a su titular Estela de Carlotto y su padre Abel Madariaga, quien se desempeña como secretario de la organización, Quintela también afirmó que siempre sintió que "no pertenecía a la familia en donde vivía porque eran muy violentos".

Quintela afirmó haber vivido "como un fantasma" y con "un vacío adentro inexplicable" antes de conocer su identidad, además de calificar a su vida como "treinta y dos años de angustia, de vivir mucha violencia y maltratos".

Antes de la conferencia, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, celebró la identificación de Quintela, a quien se refirió como "el primer nieto del Bicentenario", y se manifestó satisfecha por la detención del oficial retirado del Ejército que fue su apropiador.

En declaraciones a Radio Continental esta mañana, Carlotto aseguró Quintela, actualmente de 32 años de edad, se aproximó a Abuelas de Plaza de Mayo por iniciativa propia. "Tuvo sus dudas y se acercó", aseguró la dirigente de la organización de derechos humanos y agregó: "En unos días estuvo resuelto el tema (de cotejo del ADN) con el resultado del Banco Nacional de Datos Genéticos"

Quintela, nacido en 1977, era hijo de Abel Pedro Madariaga, actualmente secretario de la asociación, y de Silvia Mónica Quintela, que fue secuestrada el 17 de enero de ese año, en la localidad bonaerense de Florida, cuando estaba embarazada de cuatro meses. Ambos eran miembros de la organización guerrillera Montoneros.

Detención. Carlotto se mostró satisfecha por la detención del capitán retirado del Ejército Víctor Alejandro Gallo, acusado de apropiar a Quintela. "Todo se desarrolló rápidamente dada la peligrosidad del apropiador, un hombre que felizmente está detenido dado el riesgo de vida que corría el chico y la propia familia biológica", afirmó.

Gallo, que estuvo involucrado en los levantamientos carapintadas, ya fue condenado en 1997 a diez años de prisión por su participación en el asesinato de un matrimonio y de su hija, en la llamada "Masacre de Benavídez", en 1994.

Carlotto también destacó "el festejo por seguir encontrando estas personas que viven oprimidas con algunas vidas muy desgraciadas..." y remarcó que "la verdad es necesaria y aflora, y la Justicia que viene después es un premio para todos los argentinos".