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El directorio rebelde del BCRA aprobó la entrega de reservas
Miguel Pesce (foto), vice de la entidad y por ahora su máximo responsable, junto a los directores afines a los Kirchner avanzaron en el DNU que exigía plata para Cristina
8 de enero de 2010
A las 0.04 de ayer, los nueve directores del Banco Central recibieron un correo electrónico de un funcionario de tercera línea que levantaba la reunión de directorio prevista para el mediodía, como todos los jueves. La orden era de Martín Redrado y argumentaba que, “de los temas a ser tratados”, no había ninguno “urgente”.
Pero la reunión se hizo igual y duró seis horas, casi hasta el atardecer. Los directores alineados con la Casa Rosada desconocieron el e-mail y se sentaron en el salón de reuniones del primer piso. Allí, mientras Redrado permanecía en su despacho un piso más arriba, aprobaron entregar los u$s 6.569 millones de las reservas que el Ejecutivo pretende usar para cubrir pagos de la deuda. También le quitaron al jefe del Central todos los poderes que le habían cedido en los últimos años. Justo en el medio, según revelaron a Crítica de la Argentina tres de los presentes, se enteraron del decretazo presidencial que terminó por eyectarlo, según pudo saber el diario Crítica de la Argentina.
La sorpresa la dio Arnaldo Bocco, quien llegó a la reunión pasadas las dos de la tarde tras interrumpir sus vacaciones en Mar de las Pampas. Con él, los directores alineados con el kirchnerismo sumaban seis, una amplia mayoría. Redrado contaba al ex frepasista entre los leales a su gestión, pero Bocco pasó por los despachos de Aníbal Fernández y Amado Boudou y, tras charlar con ellos, se convenció de abandonarlo.
Los que llegaron temprano a la cita fueron quienes se habían reunido con Boudou en la víspera en su despacho de Economía, tal como reveló ayer este diario. Eran Sergio Chodos, Miguel Pesce, Gabriela Ciganotto, Waldo Farías y Carlos Sánchez. Los únicos que se mantuvieron firmes junto a Redrado fueron Carlos Pérez, su socio histórico de la Fundación Capital, y Zenón Biagosch. El veterano Arturo O’Connell permanecía en Italia, ajeno a la conflagración.
Quien presidió la reunión fue el ex radical Miguel Pesce, entonces vicepresidente, ahora en ejercicio de la presidencia. Contra él apuntarán los misiles opositores parlamentarios. Pero otro de los directores presentes lo defendió: “Nosotros no nos autoconvocamos. Acudimos a la convocatoria que había hecho el propio Redrado la semana pasada. Miguel lo llamó a su despacho para que bajara, pero él no contestó”, reveló la fuente.
La espera siguió por una hora y media. Junto a los directores K aguardaron el síndico Hugo Álvarez y el subsecretario de Financiamiento, Adrián Cosentino. Finalmente, Pesce arrancó y puso a debate una “instrucción” para que la gerencia gire al Fondo del Bicentenario los u$s 6.569 millones que reclaman Boudou y Cristina Kirchner para el pago de los vencimientos de deuda de este año. Aunque hacer ese giro es una potestad exclusiva del jefe de la autoridad monetaria, los directores se la arrogaron –según sus propias palabras– para no violar ellos también el decreto que firmó la Presidenta el 14 de diciembre, cuando dispuso el pago con reservas de los vencimientos de deuda. Aprobada la moción por unanimidad, todos pasaron a retirar las facultades que había obtenido Redrado del directorio desde 2004, cuando asumió. “El Rubio estaba habilitado para cualquier cosa. Desde marcar la tasa de las Letes (Letras de Tesorería) hasta definir en qué ciudad se hacían las muestras de pintura auspiciadas por el Central”, dijo otra de las fuentes.
El último punto fue el rearmado de las comisiones mediante las cuales funciona el directorio. Casi todas quedaron –obvio– en manos de los presentes. Igual, para esa hora Redrado ya pensaba en la siguiente batalla, que se librará entre el Congreso y los Tribunales.
Pero la reunión se hizo igual y duró seis horas, casi hasta el atardecer. Los directores alineados con la Casa Rosada desconocieron el e-mail y se sentaron en el salón de reuniones del primer piso. Allí, mientras Redrado permanecía en su despacho un piso más arriba, aprobaron entregar los u$s 6.569 millones de las reservas que el Ejecutivo pretende usar para cubrir pagos de la deuda. También le quitaron al jefe del Central todos los poderes que le habían cedido en los últimos años. Justo en el medio, según revelaron a Crítica de la Argentina tres de los presentes, se enteraron del decretazo presidencial que terminó por eyectarlo, según pudo saber el diario Crítica de la Argentina.
La sorpresa la dio Arnaldo Bocco, quien llegó a la reunión pasadas las dos de la tarde tras interrumpir sus vacaciones en Mar de las Pampas. Con él, los directores alineados con el kirchnerismo sumaban seis, una amplia mayoría. Redrado contaba al ex frepasista entre los leales a su gestión, pero Bocco pasó por los despachos de Aníbal Fernández y Amado Boudou y, tras charlar con ellos, se convenció de abandonarlo.
Los que llegaron temprano a la cita fueron quienes se habían reunido con Boudou en la víspera en su despacho de Economía, tal como reveló ayer este diario. Eran Sergio Chodos, Miguel Pesce, Gabriela Ciganotto, Waldo Farías y Carlos Sánchez. Los únicos que se mantuvieron firmes junto a Redrado fueron Carlos Pérez, su socio histórico de la Fundación Capital, y Zenón Biagosch. El veterano Arturo O’Connell permanecía en Italia, ajeno a la conflagración.
Quien presidió la reunión fue el ex radical Miguel Pesce, entonces vicepresidente, ahora en ejercicio de la presidencia. Contra él apuntarán los misiles opositores parlamentarios. Pero otro de los directores presentes lo defendió: “Nosotros no nos autoconvocamos. Acudimos a la convocatoria que había hecho el propio Redrado la semana pasada. Miguel lo llamó a su despacho para que bajara, pero él no contestó”, reveló la fuente.
La espera siguió por una hora y media. Junto a los directores K aguardaron el síndico Hugo Álvarez y el subsecretario de Financiamiento, Adrián Cosentino. Finalmente, Pesce arrancó y puso a debate una “instrucción” para que la gerencia gire al Fondo del Bicentenario los u$s 6.569 millones que reclaman Boudou y Cristina Kirchner para el pago de los vencimientos de deuda de este año. Aunque hacer ese giro es una potestad exclusiva del jefe de la autoridad monetaria, los directores se la arrogaron –según sus propias palabras– para no violar ellos también el decreto que firmó la Presidenta el 14 de diciembre, cuando dispuso el pago con reservas de los vencimientos de deuda. Aprobada la moción por unanimidad, todos pasaron a retirar las facultades que había obtenido Redrado del directorio desde 2004, cuando asumió. “El Rubio estaba habilitado para cualquier cosa. Desde marcar la tasa de las Letes (Letras de Tesorería) hasta definir en qué ciudad se hacían las muestras de pintura auspiciadas por el Central”, dijo otra de las fuentes.
El último punto fue el rearmado de las comisiones mediante las cuales funciona el directorio. Casi todas quedaron –obvio– en manos de los presentes. Igual, para esa hora Redrado ya pensaba en la siguiente batalla, que se librará entre el Congreso y los Tribunales.