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UCR: Alfonsín pidió la renuncia de Cobos y desató la interna
Dijo que si quiere ser candidato presidencial por la UCR en 2011 debe renunciar a su cargo de vicepresidente de la Nación. Ya hay guerra de encuestas entre ambos
5 de enero de 2010
Para muchos fue una declaración inocente, que no desentona con el pensamiento oficial del partido.
Pero el diputado Ricardo Alfonsín habló ayer sobre Julio Cobos y estalló la siempre latente interna del radicalismo entre orgánicos y seguidores del mendocino.
El hijo del fallecido caudillo dijo en declaraciones radiales que si Cobos quiere ser candidato presidencial por la UCR en 2011 debe renunciar a su cargo de vicepresidente de la Nación.
“En cualquier manual de política se señalaría como algo anómalo” que Cobos continúe en funciones y al mismo tiempo haga campaña para suceder a Cristina Kirchner, dijo a radio Continental.
En su entorno insistieron en que no fue un reclamo hacia el vice y recordaron que hasta el propio Cobos habla de tomar licencia o renunciar al cargo una vez que blanquee su postulación, algo que podría producirse en marzo de 2011.
“No está pidiendo que renuncie y mucho menos este año, en el que será crucial su permanencia en la presidencia del Senado”, aclararon.
Remarcaron, además, que el propio Alfonsín reconoció en el reportaje que “una renuncia del vicepresidente en este momento sería algo así como un remedio peor que la enfermedad” ante “un Gobierno con sesgos autoritarios y hegemónicos”.
E insistieron en despejar fantasmas: “con Cobos hay un excelente diálogo”.
Sin embargo, las declaraciones de Alfonsín generaron suspicacias internas en momentos en que se están difundiendo encuestas que lo muestran con un alto porcentaje de imagen positiva, tanto por la portación de apellido como por su estilo componedor.
Algunos sondeos, incluso, lo dan por encima del vice. Y quienes no terminan de digerir el regreso del mendocino a la fuerza –los radicales de la resistencia que no le perdonan su alianza con el kirchnerismo– alientan una virtual candidatura presidencial de Alfonsín. Algo que los voceros del diputado niegan de plano pero disfrutan.
En medio del revuelo, tuvo que salir ayer el flamante titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, a recordar mediante un comunicado que “recién en 2011 se definirán las candidaturas”.
La polémica, en rigor, fue generada por Cobos como parte de su estrategia destinada a no perder protagonismo.
En un reportaje concedido al diario Clarin, dijo que le encantaría medirse en un ballotage con Kirchner. Lo criticaron desde el gobernador bonaerense Daniel Scioli y la diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich hasta sus correligionarios Gerardo Morales y Oscar Aguad, que insistieron en que deberá pedir licencia o renunciar al cargo para lanzarse como candidato. Las declaraciones -ingenuas o no- de Alfonsín terminaron de calentar la interna.
No es la primera vez que se generan cortocircuitos entre alfonsinistas y cobistas. A mediados de noviembre, casi vuela por el aire la reunificación del bloque de diputados ante la pelea por los cargos parlamentarios entre ambos bandos. Y en diciembre, la sesión en la que fue electo Sanz al frente del partido estuvo a punto de naufragar por las diferencias internas.
Pero el diputado Ricardo Alfonsín habló ayer sobre Julio Cobos y estalló la siempre latente interna del radicalismo entre orgánicos y seguidores del mendocino.
El hijo del fallecido caudillo dijo en declaraciones radiales que si Cobos quiere ser candidato presidencial por la UCR en 2011 debe renunciar a su cargo de vicepresidente de la Nación.
“En cualquier manual de política se señalaría como algo anómalo” que Cobos continúe en funciones y al mismo tiempo haga campaña para suceder a Cristina Kirchner, dijo a radio Continental.
En su entorno insistieron en que no fue un reclamo hacia el vice y recordaron que hasta el propio Cobos habla de tomar licencia o renunciar al cargo una vez que blanquee su postulación, algo que podría producirse en marzo de 2011.
“No está pidiendo que renuncie y mucho menos este año, en el que será crucial su permanencia en la presidencia del Senado”, aclararon.
Remarcaron, además, que el propio Alfonsín reconoció en el reportaje que “una renuncia del vicepresidente en este momento sería algo así como un remedio peor que la enfermedad” ante “un Gobierno con sesgos autoritarios y hegemónicos”.
E insistieron en despejar fantasmas: “con Cobos hay un excelente diálogo”.
Sin embargo, las declaraciones de Alfonsín generaron suspicacias internas en momentos en que se están difundiendo encuestas que lo muestran con un alto porcentaje de imagen positiva, tanto por la portación de apellido como por su estilo componedor.
Algunos sondeos, incluso, lo dan por encima del vice. Y quienes no terminan de digerir el regreso del mendocino a la fuerza –los radicales de la resistencia que no le perdonan su alianza con el kirchnerismo– alientan una virtual candidatura presidencial de Alfonsín. Algo que los voceros del diputado niegan de plano pero disfrutan.
En medio del revuelo, tuvo que salir ayer el flamante titular del Comité Nacional, Ernesto Sanz, a recordar mediante un comunicado que “recién en 2011 se definirán las candidaturas”.
La polémica, en rigor, fue generada por Cobos como parte de su estrategia destinada a no perder protagonismo.
En un reportaje concedido al diario Clarin, dijo que le encantaría medirse en un ballotage con Kirchner. Lo criticaron desde el gobernador bonaerense Daniel Scioli y la diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich hasta sus correligionarios Gerardo Morales y Oscar Aguad, que insistieron en que deberá pedir licencia o renunciar al cargo para lanzarse como candidato. Las declaraciones -ingenuas o no- de Alfonsín terminaron de calentar la interna.
No es la primera vez que se generan cortocircuitos entre alfonsinistas y cobistas. A mediados de noviembre, casi vuela por el aire la reunificación del bloque de diputados ante la pelea por los cargos parlamentarios entre ambos bandos. Y en diciembre, la sesión en la que fue electo Sanz al frente del partido estuvo a punto de naufragar por las diferencias internas.