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Vélez recuperó la sonrisa y no se apiadó de Racing
El campeón empezó perdiendo. Lo dio vuelta con goles y personalidad. Racing sorprendió con el primer tanto. No tuvo vuelo para sostener el resultado. Dos realidades distintas
23 de noviembre de 2009
Vélez mostró toda su categoría y superó con contundencia y autoridad a Racing 4 a 2 en Liniers en un partido de la decimoquinta fecha del Torneo Apertura 2009.
Dos realidades opuestas chocaron en la noche de Liniers, uno, pese que venía de dos caídas dolorosas, sabe de las mieles del éxito reciente y sacó a relucir su chapa.
Ése es Vélez. El otro intenta rearmarse, ejecutar lo que pretende su nuevo DT y sufre por el pobre promedio.
Es Racing. Y entre esos dos nombres hubo un ganador claro, que se aferra a la matemática para alcanzar a Banfield y revalidar su corona.
Vélez fue práctico y contundente, se repuso enseguida al gol en contra y luego desnudó todas las falencias de Racing para darle una alegría a su gente.
En el inicio del partido, la fricción en el mediocampo siempre dejó mejor parado al dueño de casa, que tuvo en la cabeza de Leandro Caruso la primera posibilidad, a los 5’ de juego. Con centros al corazón del área, el Fortín sabía que podía herir a la Academia.
El conjunto de Claudio Vivas, en cambio, no encontraba respuestas a tantos interrogantes futbolísticos. Llegar hasta Montoya parecía una quimera para la visita.
Tal como estaban planteadas las acciones, la única manera de que Racing se encuentre con la ventaja era gracias a la fortuna. Luego de un centro desde la izquierda, Gastón Díaz quiso despejar de cabeza y, anticipándose a su arquero, mandó la pelota al fondo del arco.
Sin saber cómo, el conjunto de Avellaneda ganaba 1-0 a los 24 minutos.
Pero el campeón, herido por la injusticia del resultado, fue por el empate. Y el 1 a 1 llegó como el fiel reflejo de una primera etapa desprolija.
Luego de una serie de rebotes y una mala salida de Jorge De Olivera, Leandro Caruso remató al gol a los 30’. Seis minutos más tarde, Nico Cabrera (un ex Racing) puso la cabeza en medio de una defensa desordenada para dar vuelta el partido.
Vélez le había hallado el punto débil a Racing. Pasado el cuarto de hora del segundo tiempo, una gran jugada de Maxi Moralez terminó con otro centro letal al área de la Academia. De Olivera salió mal y Hernán Rodrigo López puso el 3-1 lapidario. Confundido, el de Avellaneda padeció el cuarto con un pase profundo para el ingresado Cabral.
Dos realidades opuestas chocaron en la noche de Liniers, uno, pese que venía de dos caídas dolorosas, sabe de las mieles del éxito reciente y sacó a relucir su chapa.
Ése es Vélez. El otro intenta rearmarse, ejecutar lo que pretende su nuevo DT y sufre por el pobre promedio.
Es Racing. Y entre esos dos nombres hubo un ganador claro, que se aferra a la matemática para alcanzar a Banfield y revalidar su corona.
Vélez fue práctico y contundente, se repuso enseguida al gol en contra y luego desnudó todas las falencias de Racing para darle una alegría a su gente.
En el inicio del partido, la fricción en el mediocampo siempre dejó mejor parado al dueño de casa, que tuvo en la cabeza de Leandro Caruso la primera posibilidad, a los 5’ de juego. Con centros al corazón del área, el Fortín sabía que podía herir a la Academia.
El conjunto de Claudio Vivas, en cambio, no encontraba respuestas a tantos interrogantes futbolísticos. Llegar hasta Montoya parecía una quimera para la visita.
Tal como estaban planteadas las acciones, la única manera de que Racing se encuentre con la ventaja era gracias a la fortuna. Luego de un centro desde la izquierda, Gastón Díaz quiso despejar de cabeza y, anticipándose a su arquero, mandó la pelota al fondo del arco.
Sin saber cómo, el conjunto de Avellaneda ganaba 1-0 a los 24 minutos.
Pero el campeón, herido por la injusticia del resultado, fue por el empate. Y el 1 a 1 llegó como el fiel reflejo de una primera etapa desprolija.
Luego de una serie de rebotes y una mala salida de Jorge De Olivera, Leandro Caruso remató al gol a los 30’. Seis minutos más tarde, Nico Cabrera (un ex Racing) puso la cabeza en medio de una defensa desordenada para dar vuelta el partido.
Vélez le había hallado el punto débil a Racing. Pasado el cuarto de hora del segundo tiempo, una gran jugada de Maxi Moralez terminó con otro centro letal al área de la Academia. De Olivera salió mal y Hernán Rodrigo López puso el 3-1 lapidario. Confundido, el de Avellaneda padeció el cuarto con un pase profundo para el ingresado Cabral.