Al mal juego, la falta de un esquema propio y la escasez de gol, a la Selección se le suma un nuevo inconveniente de cara al trascendental choque de mañana ante Uruguay: el flojo rendimiento del equipo como visitante en las Eliminatorias. Los números no mienten e indican que Argentina jugó ocho partidos en tierras lejanas y ganó apenas uno. Sí, una sola victoria como visitante. Fue en el ciclo de Basile ante Venezuela. Luego, jugó otros siete encuentros de los cuales igualó dos y perdió los cinco restantes.

Mañana, en el Centenario, Argentina tiene una prueba de fuego. Si bien los de Maradona se encuentran en la cuarta posición en la tabla y hoy estarían clasificados para el Mundial de Sudáfrica, todo puede cambiar. Porque una derrota ante los uruguayos podría deja a la Selección con las manos vacías si Ecuador consigue una victoria de visitante en Chile. Se impone, por lo tanto, cambiar la racha adversa que atraviesa la celeste y blanca de cuarto caídas consecutivas de visitante.

Además de las cuatro derrotas al hilo fuera de casa (1-0 con Chile, 6-1 con Bolivia, 2-0 con Ecuador y 1-0 con Paraguay), Argentina demostró poca capacidad goleadora como visitante. Hizo apenas cinco goles en los ocho partidos que disputó, dos de los cuales fueron para vencer a Venezuela. Es decir, que marcó tres en los últimos siete partidos...

Las estadísticas, muchas veces, reflejan realidades. Y la Selección sumó sólo el 20% de los puntos jugados en estas Eliminatorias cuando salió del país. El equipo que mejor rendimiento tuvo como visitante fue Chile, conducido por Bielsa, que consiguió 16 puntos de los 27 que jugó.