El cantante británico Robbie Williams, anunció la vuelta a la música, justo antes del lanzamiento de su nuevo single, Bodies, que forma parte de su inminente álbum Reallity Killed the Video Star, que marca su regreso a la música tras una pausa de casi dos años y medio.

Según cuenta el cantante en una entrevista en el diario The Sun, estuvo a 24 horas de morirse, hace una década, por el consumo excesivo de analgésicos y otros medicamentos. Además, reveló que también tomó cocaína, heroína, LSD, éxtasis, y sigue la lista. La enumeración pública de sus adicciones fue una buena excusa para anunciar la salida, en noviembre, de su nuevo CD, que sucederá al intrascendente Rudebox, de 2006.

De paso, anticípó una "gira mundial" de presentación del nuevo material. Claro que lo que Williams entiende por gira será un concierto en vivo, el 20 de este mes, en Londres, que será emitido en directo por las pantallas de unos 200 cines de todo el mundo, al mejor estilo de las transmisiones de ópera que realiza la Met neoyorkina. Limitaciones que impone el "miedo escénico" que sufre el cantante, de 35 años, según confesó hace un tiempo.

Mientras, sigue jugando con la posibilidad de una reunión con sus antiguos compañeros de ruta, los Take That, aunque parece que no será demasiado pronto. Al menos "no en los próximos dos años".