Los representantes de los países que integran el Consejo de Seguridad de la ONU retomarán hoy las conversaciones a puerta cerrada para decidir cómo responder al desafío que planteó Corea del Norte al anunciar, ayer, que llevó a cabo con éxito una prueba nuclear.

A diferencia de lo que ocurrió en otras ocasiones, esta vez una resolución que incluya sanciones a Pyonyang podría obtener el visto bueno sin que lo impida ninguna de las cinco naciones con poder de veto ya que China (las otras cuatro son Estados Unidos, Rusia, Francia y Gran Bretaña), que representaba la principal oposición en el Consejo, acaba de pronunciarse a favor de que se adopten las "medidas apropiadas" contra Corea del Norte.

Ya ayer, los quince miembros del órgano de la ONU condenaron en forma unánime el ensayo norcoreano, del que todavía se ignora su magnitud y que dejó al descubierto la ineficacia tanto de la "mano dura" norteamericana como de la política blanda de Beijing.

Antes de la segunda jornada de consultas en el Consejo, el vocero de la Cancillería china, Liu Yanchao, mencionó la necesidad de que las medidas que se adopten sean "adecuadas" y aunque no descartó la aplicación de sanciones dejó en claro que Beijing se opondría a cualquier iniciativa que empeore la situación del ya golpeado pueblo norcoreano.

Paralelamente, rechazó de plano cualquier amenaza del uso de la fuerza militar. "Emprender acciones militares contra Corea del Norte sería inimaginable", subrayó, al tiempo que destacó como positivo que, por lo menos de momento, eso no esté siendo analizado en la ONU. También Corea del Sur advirtió que no apoyará una resolución que incluya la amenaza militar.

En tanto, la agencia Yonhap informó, a partir de las declaraciones de un funcionario norcoreano al que no identificó, que Pyonyang podría probar un misil nuclear si Estados Unidos no "toma las medidas correspondientes" para permitir el regreso de Norcorea a las negociaciones multilaterales que abandonó por última vez en noviembre. La referencia es a la demanda de Corea del Norte de que Washington levante las restricciones financieras impuestas al régimen comunista.

En tanto, Israel volvió a expresar hoy su temor a que Pyongyang transfiera tecnología nuclear a Teherán. Por su parte Irán, el otro país al que Occidente mira con desconfianza por su desarrollo nuclear, insistió en que se opone a "cualquier tipo de producción y uso de armas nucleares" y en que su controvertido programa sigue sólo fines civiles.