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La caída de Patagon: "Tiramos U$S 270 millones a la basura"
Fue la frase utilizada en su momento por Wenceslao Casares, co-fundador de Patagon junto a su ex amigo Constancio Larguía, quien ahora vuelve con otro sitio
31 de agosto de 2009
En esta nota del 27 de mayo de 2002, el periodista Gustavo Bazzan reflejó parte de lo que ocurrió con el sitio Patagon, a partir de una entrevista con Wenceslao Casares, uno de los fundadores del sitio que llevó al banco Santander a cometer el error más grave de su historia:
Ahora que Constancio Larguía vuelve con un proyecto, es interesante recordar aquella nota de Bazzan en Clarín, reproducida a continuación:
El jueves pasado se supo que el sitio de finanzas Patagon.com quedó totalmente en manos del Banco Santander Central Hispano (BSCH). El creador de la empresa, Wenceslao Casares, terminó cediendo hasta la marca registrada a los españoles.
Ese día se cerró una historia breve pero llena de inventiva, pasión, soberbia, frustraciones, pleitos judiciales y sobre todo, muchísimos millones de dólares. Callando mucho, pero contando bastante, Casares le explicó a Clarín su versión.
Para no andar con vueltas, arranca admitiendo: "Nos dieron un cheque en blanco y no supimos aprovecharlo. Hoy puedo decir que en dos años tiramos a la basura 270 millones de dólares y no logramos absolutamente nada de lo que les prometimos a los españoles".
El monto del que habla Casares no incluye los 528 millones que pusieron los españoles en marzo de 2000 por el 75% de Patagon, un sitio de Internet especializado en finanzas personales.
"La verdad es que fuimos soberbios, no escuchamos consejos de gente experimentada, y hoy pagamos las consecuencias de ello. Prometimos tener tres bancos funcionando en la Argentina, Brasil y México, algo que obviamente no supimos concretar". Dicen las malas lenguas que hoy el activo más valioso de Patagon en América latina son las sillas ergonómicas que, a razón de 1.000 dólares cada una, inundaron las lujosas oficinas de Miami.
Casares cree que subestimaron la magnitud del emprendimiento. "Eramos un grupo de pibes sin experiencia en este negocio y nos quisimos llevar el mundo por delante".
No parecía una actitud tan condenable. Con menos de 10.000 dólares había creado Patagon, junto a su ex socio y ex amigo Constancio Larguía, en 1997. En dos años habían logrado capitalizar a la empresa en tres oportunidades: primero un millón, luego 8 y más tarde 53 . Hasta que dieron el gran golpe de marzo de 2000, cobrando un cheque del Santander por 528 millones.
—¿Por qué el Santander miró para otro lado y no les dijo nada durante todo este tiempo?
—Ellos tenían el control accionario, pero al momento de su entrada a la sociedad logramos firmar contratos por los cuales nosotros teníamos el control estratégico. Ellos ponían la plata, pero la manejábamos nosotros. En su momento, todo el mundo creía que si un banco no estaba en Internet, no existía. El Santander se había quedado atrás en su carrera frente al BBV, y con nosotros recuperaba el terreno perdido. De hecho, fuimos nosotros quienes les afinamos la banca por Internet que ellos tenían en España y Alemania.
Dicho todo esto, igual sigue sorprendiendo cómo los experimentados españoles dieron tantas licencias a sus jóvenes socios latinoamericanos.
Otra cosa que siempre llamó la atención es por qué el Santander pagó tanto dinero en su momento. Desde siempre corrieron infinitas versiones. Pero siempre "off the record". Y en no pocas de esas versiones aparecía la palabra "negociado" o "corrupción", nunca comprobadas. "No hago comentarios sobre esas versiones", responde lacónico Casares.
Desde Emilio Botín (jefe del BSCH) para abajo, el silencio fue la regla. Aunque siempre se dijo que la última purga en el seno del directorio del BSCH se cobró entre sus víctimas al principal impulsor de esta alianza, Angel Corcóstegui, el número dos del banco hasta el año pasado. Para desgracia suya, la firma del acuerdo Patagon-BSCH (9 de marzo de 2000) coincidió con el día en que el índice Nasdaq (meca de las empresas de Internet en ese momento) tocó su punto máximo, desde el cual se despeñó hasta un 70% en los siguientes 18 meses.
Hoy Casares debe enfrentar una veintena de juicios (laborales, civiles y hasta penales) de ex empleados que están reclamando el pago de opciones comprometidas en sus salarios.
En este punto Casares se siente traicionado. "Yo me rompí el alma para llevar a Patagon bien arriba, y junto a mí, hay por lo menos 30 personas que se hicieron millonarias en dólares gracias a este proyecto". Igual, como un veterano de los negocios, hoy dice: "Los juicios están en una etapa muy preliminar y estoy convencido de que no van a prosperar".
Muchas de las demandas apuntan a una plata que puso el Santander para repartir entre los empleados, al momento de firmar la alianza. Pero ese dinero, dicen hoy los ex empleados de Patagon, nunca habría llegado a sus bolsillos, de ahí las denuncias en el fuero penal.
Casares cree que tiene que seguir peleando. A pesar de que con su esposa estadounidense va a seguir viviendo en Miami, pondrá el foco en Brasil. Junto a uno de los primeros socios de Patagon, Guillermo Kirchner, intentará armar un negocio financiero para los sectores de menores ingresos. Dice que ahora sí tiene la experiencia y los medios para armar un emprendimiento exitoso. Y afirma que lo de Patagon "ya es historia antigua".
Leyendo esta nota a Casares, parece que Larguía finalmente impulsará ese proyecto.