La derrota kirchnerista hizo que la oposición renaciera políticamente. Esta semana arrancará su primera arremetida en el Congreso contra la Casa Rosada en un tema que hasta ahora era tabú para el Gobierno: la rebaja de las retenciones al agro.

Mañana se reunirán los diputados opositores en la Comisión de Agricultura para intentar acordar un proyecto común, mientras que en el Senado Carlos Reutemann (Santa Fe), del PJ disidente, y Ernesto Sanz (UCR-Mendoza) darán batalla por ese mismo objetivo.

También mañana se reunirá la Comisión de Enlace agropecuaria. Se descarta que, tras la derrota del Gobierno en las urnas, los ruralistas reforzarán su presión sobre los legisladores oficialistas para que, finalmente, se avance en medidas destinadas al sector: una rebaja en las retenciones a la soja, la eliminación de la alícuota para el maíz y el trigo e incentivos concretos a la producción de carne y leche (como se informa por separado).

Estos reclamos han sido sistemáticamente ignorados por el Gobierno desde que el Senado rechazó, hace casi un año, la polémica resolución 125 sobre retenciones móviles a la producción de granos.

La oposición hizo suya la bandera del campo y será una de sus prioridades en la agenda de aquí al 10 de diciembre próximo, cuando se produzca el recambio de miembros del Congreso. Esa agenda incluye, además, la derogación de la polémica ley de superpoderes presupuestarios, que le habilita al Poder Ejecutivo reasignar partidas a discreción. También, una iniciativa que garantice el piso del 35% de coparticipación fiscal a las provincias, asfixiadas por la falta de recursos que hoy concentra la Nación.

Pero esta ambiciosa agenda se enfrenta a dos obstáculos. El primero es de tipo numérico: hasta el recambio legislativo el oficialismo mantendrá la mayoría en ambas cámaras y, por lo tanto, ejercerá la llave del quórum.

El otro problema es político: si bien la oposición afirma tener toda la voluntad de coordinar acciones, lo cierto es que ya surgen diferencias de método y estilo entre los distintos actores, en especial entre el conglomerado panradical (UCR, Coalición Cívica y cobismo) y el PJ disidente, aliado a Pro.

La guerra por la sucesión presidencial en 2011 alienta estos recelos. El oficialismo legislativo observa atento los movimientos de la oposición y asume el costo de la derrota electoral del domingo pasado. Tanto Agustín Rossi (Santa Fe), jefe del bloque de diputados oficialistas, como Miguel Pichetto (Río Negro) en el Senado se trazaron dos objetivos: primero, mantener sus respectivos bloques lo más cohesionados posible para evitar fugas hacia el PJ disidente, y segundo, encarar una relación más dialoguista y conciliadora con la oposición.

Este giro de 180 grados en la actitud oficialista se reflejará muy pronto en los hechos. En primer lugar, no pondría obstáculos en la derogación de la ley de superpoderes presupuestarios.

Esa discusión se abrirá cuando ingrese en el Congreso el proyecto de presupuesto nacional 2010. Será, de todos modos, una concesión simbólica para la oposición: las mayores arbitrariedades en materia presupuestaria se efectúan por medio de decretos de necesidad y urgencia (DNU).

Sin embargo, el oficialismo también maneja su propia agenda, en la que figura la polémica ley de radiodifusión. "Si no la aprobamos ahora, no habrá otra oportunidad", susurró un kirchnerista.

En la cuestión de las retenciones, el oficialismo se sentará a dialogar y a analizar alternativas. Será un cambio, ya que hasta ahora ha negado el quórum y las firmas en comisión.

De todas maneras, no será un debate fácil. "Estamos dispuestos a conversar, pero el 35% de retenciones a la soja es, para nosotros, inamovible", sentenció un importante legislador oficialista.

La oposición, impulsada por la dirigencia agropecuaria, no se contentará con una ley cosmética para el campo. Mañana, cuando se reúna, avanzará con el siguiente temario, según adelantó a LA NACION el diputado Cristian Gribaudo (Pro-Buenos Aires), vicepresidente de la Comisión de Agricultura:

*Modificación del Código Aduanero para que el Congreso recupere su facultad de fijar los derechos de exportación e importación.

*Alícuotas segmentadas en las retenciones a los granos. Se analiza bajar al 20 o 25 por ciento la alícuota a la soja y la eliminación del gravamen en el trigo y maíz, carne y frutas.

*Incentivos a la producción lechera y ganadera.

*Declaración de una ley de emergencia agropecuaria.

Estos temas, en rigor, habían sido analizados antes de las elecciones entre los distintos diputados abocados a la temática agropecuaria, pero hasta ahora no lograron una propuesta unificada.

Tampoco se definió todavía qué alternativa fiscal impulsarán para salvar el bache que se producirá una eventual baja en las retenciones en las arcas del Estado. Es que éste es el principal argumento que plantean en el Gobierno a la hora de defender las retenciones y de cuestionar las posturas de la oposición (de lo que se informa por separado).