Las declaraciones de Hebe de Bonafini desde la propia Casa Rosada y en medio de la incertidumbre por la desaparición del testigo clave Jorge Julio López provocaron rechazo en los familiares y amigos del hombre que está desaparecido desde hace 12 días.

"Tratamos de no escuchar nada de esas cosas para estar tranquilos. Nosotros estamos tranquilos esperando que mi viejo aparezca, porque lo van a encontrar", sostuvo Rubén López, uno de los dos hijos del albañil de 77 años que declaró en contra del represor Miguel Etchecolatz.

Tras reunirse con el presidente Néstor Kirchner y durante una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno, la titular de Madres de Plaza de Mayo dijo ayer que López "no fue militante" y que su testimonio no fue clave en el juicio contra el ex director de Investigaciones de la policía bonaerense.

"Para nosotros no quedó claro lo que dijo en el juicio que condenó a Etchecolatz. No fue un testigo clave como algunos dicen, fue un testigo más", opinó Bonafini.

Además, la presidenta de Madres manifestó sus dudas con respecto a López, de quien dijo que tiene un hermano policía y que vive en un barrio de policías.

"¿Qué tiene que mi tío haya sido policía, nadie puede ser policía? ¿Cuál es el problema?", se preguntó el hijo de López, quien confirmó que un hermano del testigo perteneció a las fuerzas policiales pero que se había retirado. "El problema es de la mujer que dijo que hay problemas", se limitó a contestar.

Rubén aclaró que por una resolución que tomó la familia no estaban haciendo declaraciones, pero agradeció los llamados y la preocupación de la gente.

En tanto, Nilda Eloy, que como Julio López fue secuestrada, torturada y luego liberada y su testimonio también fue fundamental para la condena a reclusión perpetua contra Etchecolatz, lamentó las palabras de Bonafini. "Me parece lamentable que alguien como Hebe se dedique a denigrar a un testigo. No puedo creer que vierta esas palabras".

Descalificó, también, que la declaración de López haya sido un testimonio más. "Todo testimonio, por pequeño o grande que sea, es sumamente importante porque el testigo vuelve a narrar lo vivido y se implica siempre con un dolor profundo", explicó.

Bastante enojada, la mujer que quedó en encontrarse con su compañero el lunes 18, día en el que se conoció la sentencia, para ir juntos a escucharla, agregó: "Cuando uno está en el estrado y empieza a hablar se vuelve a meter adentro del campo y es muy doloroso. Es muy fuerte ser testigo".

Otra persona cercana de López, que no quiso dar su nombre, informó a este medio que el albañil "fue el único que se reivindicó militante montonero" durante el juicio.

Defendió, además, que "gracias a que López vive en Los Hornos, que es una zona en la que residen muchos policías, se conocen todos y por eso había tenido la capacidad de identificar a tantos" durante el proceso oral.