Silvio Berlusconi rompió el silencio. Por primera vez desde que estalló el escándalo, el primer ministro italiano salió al cruce de las versiones que involucran a jovencitas y prostitutas en fiestas realizadas en sus mansiones de Roma y de Cerdeña. "Nunca he pagado por una mujer", aseguró Il Cavaliere, quien consideró que todo se trata de una operación en su contra.

"Nunca he pagado por una mujer. Jamás entendí qué satisfacción puede existir sin el placer de la conquista", afirma Berlusconi en una nota concedida al semanario "Chi" que se publicará mañana, pero que hoy adelantan los principales diarios italianos como La Repubblica.

En esta entrevista, Berlusconi intenta despegarse del escándalo provocado tras la publicación de una serie de fotos obtenidas por un papparazzo, que muestran a jovencitas haciendo top less en su residencia de Cerdeña. La polémica se incrementó después, cuando varias jovencitas conocidas como "escort" (acompañantes) salieron en diferentes medios de prensa declarando que en las mansiones del primer ministro eran frecuentes las fiestas con modelos y prostitutas.

Pero eso no es todo, las chicas dicen que les pagaban por asistir y que tenían fotos y grabaciones que podían probarlo. Sonbre este punto, Il Cavaliere fue tajante: afirmó que si alguna vez hubiera sospechado que en sus fiestas habían prostitutas de lujos, él se hubiera mantenido al margen. "Ninguno de mis invitados ha sido nunca sometido a ningún registro personal. Si después alguno abusa de mi cortesía y de mi buena fe y viola mi privacidad, éste es un comportamiento que le descalifica a él, no a mí", sostuvo.

Por otra parte, Berlusconi consideró que el escándalo forma parte de una operación en su contra. "Detrás de la investigación de Bari está alguien que ha dado una orden muy precisa y muy bien retribuida", afirma el político, quien insiste en su teoría del "proyecto subversivo" para derrocarlo.