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Don Julio, el eterno
Se cumplen 30 años de la llegada de Julio Grondona a la AFA. Dura en el cargo más que cualquier presidente en la Argentina. Es más eterno que los sindicalistas
6 de abril de 2009
Por Roberto Aguirre Blanco
Hay que reconocerle el mérito de haber hecho de un puesto fusible y de poca duración un espacio de eternidad que supera todos los récords en un país tan inestable como la Argentina.
Julio Grondona cumple este 6 de abril 30 años como dueño absoluto del fútbol argentino con una fuerte acumulación de dominio y sin “enemigos” a la vista, un trabajo de hormiga y de construcción de poder que envidiaría cualquier político en este país.
Llegó al sillón de la AFA el 6 de abril de 1979 y reemplazó al primer presidente designado por el gobierno de facto, Alfredo Cantilo, quien estuvo en el cargo entre 1976 y el día de su adiós.
Cantilo había sido el dirigente que más tiempo duró en ese cargo desde la década del 50 y se preveía que la llegada de Grondona, quien era un dirigente de peso en Independiente, sería una continuidad de un proceso de estabilidad, aunque nadie pensó que sería para tanto.
¿Es que no hubo otros dirigentes capaces de asumir ese cargo?. Si, los hubo, sucede que en estas tres décadas, Julio, al mejor estilo de un “Don” de las películas de mafiosos de Hollywood, armó poder a su alrededor y se convirtió en un personaje clave para la supervivencia de los clubes de fútbol de la Argentina.
Una AFA rica y un fútbol pobre, pareció ser la receta que le llevó una década construir y que terminó atando este proyecto al crecimiento de la televisión del fútbol y su llegada también a una de las vicepresidencias de la FIFA.
En los '80 trabajó como orfebre esta construcción, en los '90 comenzó a gozarla y borró del camino a posibles rivales, y en el nuevo siglo demostró una alta capacidad de supervivencia y control sobre el escenario del poder.
Entre sus logros se puede mencionar el título del Mundial de México 1986, el subtítulo en Italia 1990, las seis coronas del Sub 20 y las medallas doradas de Atenas 2004 y Pekín 2008.
En su debe, la falta de logros internacionales del seleccionado mayor desde 1993, la mayor cantidad de muertos en el fútbol durante su período de gobierno, el concepto del “todo pasa” y la obsesión por no permitir otra voz que la suya a la hora de las decisiones mas trascendentes.
A los 77 se encamina hasta un nuevo gobierno que finalizará en 2011 y todo hace pensar que lo suyo es un reinado y que sólo saldrá de su cargo cuando llegue su hora final y algunos mal pensados ya hablan de la herencia hacía algunos de su hijos –uno de ellos es presidente de Arsenal de Sarandí— el club que la familia Grondona creó hace 45 años.
Don Julio tiene 77 años, su mandato sobrevivió a 13 presidentes argentinos, a militares, radicales y peronistas, en la mayoría de los clubes grandes de la primera división pasaron un promedio de cinco diferentes mandatarios y él siguió adelante en su cargo.
Llamativamente nunca nadie se presenta a enfrentarlo en los comicios de la AFA y muchos los critican por detrás pero se rinden a sus pies en el “cara a cara”.
Cuando asumió, Diego jugaba en Argentinos, Riquelme tenía un año, el fútbol lo transmitía canal 7 sin rating y el padre de Messi no tenía novia.
Tres décadas en al presidencia de la casa de la calle Viamonte, 30 años en el poder, la envidia de muchos.
¿Lo llamarán algunos líderes partidarios para pedirle la receta?
Hay que reconocerle el mérito de haber hecho de un puesto fusible y de poca duración un espacio de eternidad que supera todos los récords en un país tan inestable como la Argentina.
Julio Grondona cumple este 6 de abril 30 años como dueño absoluto del fútbol argentino con una fuerte acumulación de dominio y sin “enemigos” a la vista, un trabajo de hormiga y de construcción de poder que envidiaría cualquier político en este país.
Llegó al sillón de la AFA el 6 de abril de 1979 y reemplazó al primer presidente designado por el gobierno de facto, Alfredo Cantilo, quien estuvo en el cargo entre 1976 y el día de su adiós.
Cantilo había sido el dirigente que más tiempo duró en ese cargo desde la década del 50 y se preveía que la llegada de Grondona, quien era un dirigente de peso en Independiente, sería una continuidad de un proceso de estabilidad, aunque nadie pensó que sería para tanto.
¿Es que no hubo otros dirigentes capaces de asumir ese cargo?. Si, los hubo, sucede que en estas tres décadas, Julio, al mejor estilo de un “Don” de las películas de mafiosos de Hollywood, armó poder a su alrededor y se convirtió en un personaje clave para la supervivencia de los clubes de fútbol de la Argentina.
Una AFA rica y un fútbol pobre, pareció ser la receta que le llevó una década construir y que terminó atando este proyecto al crecimiento de la televisión del fútbol y su llegada también a una de las vicepresidencias de la FIFA.
En los '80 trabajó como orfebre esta construcción, en los '90 comenzó a gozarla y borró del camino a posibles rivales, y en el nuevo siglo demostró una alta capacidad de supervivencia y control sobre el escenario del poder.
Entre sus logros se puede mencionar el título del Mundial de México 1986, el subtítulo en Italia 1990, las seis coronas del Sub 20 y las medallas doradas de Atenas 2004 y Pekín 2008.
En su debe, la falta de logros internacionales del seleccionado mayor desde 1993, la mayor cantidad de muertos en el fútbol durante su período de gobierno, el concepto del “todo pasa” y la obsesión por no permitir otra voz que la suya a la hora de las decisiones mas trascendentes.
A los 77 se encamina hasta un nuevo gobierno que finalizará en 2011 y todo hace pensar que lo suyo es un reinado y que sólo saldrá de su cargo cuando llegue su hora final y algunos mal pensados ya hablan de la herencia hacía algunos de su hijos –uno de ellos es presidente de Arsenal de Sarandí— el club que la familia Grondona creó hace 45 años.
Don Julio tiene 77 años, su mandato sobrevivió a 13 presidentes argentinos, a militares, radicales y peronistas, en la mayoría de los clubes grandes de la primera división pasaron un promedio de cinco diferentes mandatarios y él siguió adelante en su cargo.
Llamativamente nunca nadie se presenta a enfrentarlo en los comicios de la AFA y muchos los critican por detrás pero se rinden a sus pies en el “cara a cara”.
Cuando asumió, Diego jugaba en Argentinos, Riquelme tenía un año, el fútbol lo transmitía canal 7 sin rating y el padre de Messi no tenía novia.
Tres décadas en al presidencia de la casa de la calle Viamonte, 30 años en el poder, la envidia de muchos.
¿Lo llamarán algunos líderes partidarios para pedirle la receta?