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Hugo Chávez festeja las 10 velitas de poder y promete más
El líder bolivariano encabeza la campaña oficialista para lograr la reelección presidencial indefinida. Festejará con una cumbre regional en Caracas
2 de febrero de 2009
Con promesas de nuevos éxitos electorales y rodeado de sus principales aliados regionales en una cumbre extraordinaria de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) en Caracas, Hugo Chávez celebrará hoy los diez años de su llegada al poder.
A pesar de la magnitud de la efemérides, la atención del líder bolivariano estará puesta en la campaña para una consulta popular sobre la reelección presidencial ilimitada que se realizará el próximo 15 de febrero, en un momento en que la caída de los ingresos petroleros a causa de la crisis financiera global amenaza la principal fuente de recursos de su revolución “roja rojita”, según publica el diario Crítica de la Argentina en su edición de este lunes.
Desde su asunción el 2 de febrero de 1999, Chávez reformó las instituciones, aprobó una nueva Carta Magna, creó un esquema de alianzas internacionales apuntalado en la riqueza petrolera, y reivindicó a los pobres como la razón de su gobierno. Durante ese tiempo se realizaron catorce elecciones, hubo un intento golpista en su contra, cuatro huelgas generales impulsadas por empresarios y sindicatos, y una constante descalificación oficialista a los viejos partidos políticos que no sólo se niegan a morir, sino que también se cuelan como fantasmas en cada llamado a las urnas.
Durante estos diez años, Chávez habló en radio y televisión el equivalente a seis meses, encontró en el presidente norteamericano George W. Bush a su enemigo predilecto, y desde 2006 promueve el socialismo como un proyecto nacional de dimensiones continentales. Sin embargo, sus detractores le endilgan que radicalizó hasta el escándalo la división de los venezolanos en oficialistas y opositores.
La década chavista equivale a dos gobiernos completos de sus predecesores, que desde 1958 se alternaron en el poder a través de los partidos Acción Democrática y COPEI (socialcristiano). A pesar de ello, Chávez busca permanecer al menos otros diez años en el palacio presidencial caraqueño de Miraflores.
El mandatario sufrió su primera gran derrota electoral en diciembre de 2007, cuando los venezolanos rechazaron una reforma constitucional que planteaba cambios a 69 artículos, incluyendo el que limita los mandatos presidenciales a dos períodos. La reelección ilimitada volverá a ser materia de una consulta popular el próximo 15 de febrero, esta vez a través de una enmienda de la Carta Magna sobre ese único tema.
El “huracán” Chávez asegura que debe existir la posibilidad de reelegir a los gobernantes “hasta que el pueblo quiera”, y por eso promueve la reforma para incluir la reelección ilimitada en la Constitución bolivariana. Para defender su gestión, destaca como uno de sus mayores logros la atención a los pobres mediante las llamadas “misiones”, que están apoyadas por más de 30 mil médicos y maestros cubanos enviados por La Habana, uno de los primeros aliados de la Revolución olivariana.
Al presentar el informe de gestión de 2008 al Congreso, el presidente aseguró que en diez años salieron de la pobreza 2,19 millones de venezolanos gracias a la atención del gobierno, el aumento de la capacidad adquisitiva y los millonarios subsidios directos. En cuanto a la crisis financiera global, Chávez asegura que “no nos ha afectado gracias a las medidas que hemos tomado en todos estos años”.
Sin embargo, su gobierno –al que todavía le restan cuatro años– no pudo contener la inflación ni los niveles de criminalidad que golpean sobre todo en las grandes ciudades. En una década, la moneda nacional sufrió una devaluación del 275% y los precios se multiplicaron por cinco. La oposición también lo acusa de despreciar las reglas del juego democrático. Un informe de Human Rights Watch titulado “Una década de Chavez” provocó la furia del gobierno y la expulsión del organismo del país por denunciar su “desprecio manifiesto” por la separación de poderes.
En estos años, Hugo Chávez supo engendrar enemigos tan poderosos como la devoción que le prodigan sus seguidores. (DPA)
Una década de oro negro y símbolos chavistas
POBREZA. Según cifras oficiales, la pobreza extrema se redujo del 45% en 1999 al 9,5% en 2008. El desempleo también cayó desde el 50% a poco más del 6 por ciento.
ECONOMÍA. El gobierno asegura que el país registra 20 trimestres consecutivos de crecimiento. La deuda pública, que en 1999 representaba el 73% del PBI, hoy apenas supera el 14 por ciento. En ese mismo período, las reservas internacionales pasaron de 14 mil millones de dólares a más de 40 mil millones. La oposición denuncia que detrás de esas cifras se esconde “la inflación más alta del continente americano”.
PETRÓLEO. Cuando Chávez asumió, el precio del barril de la OPEP costaba 10,75 dólares. En junio de 2008, y luego de una política de nacionalización del sector de hidrocarburos, los ingresos del quinto productor mundial de crudo se beneficiaron de un barril a 147 dólares. Hoy cuesta 40 dólares.
INSTITUCIONES. Tras la retirada masiva de candidatos opositores, el oficialismo controla la totalidad del Congreso. También amplió el número de miembros del Tribunal Supremo. Para el antichavismo, en Venezuela “no existe el Estado de Derecho” y el Poder Judicial está “subordinado” al Ejecutivo.
SÍMBOLOS. Chávez agregó la palabra “bolivariana” al nombre del país en 1999. También cambió el Himno Nacional e invirtió el escudo nacional, cuyo caballo ahora mira hacia la izquierda.
A pesar de la magnitud de la efemérides, la atención del líder bolivariano estará puesta en la campaña para una consulta popular sobre la reelección presidencial ilimitada que se realizará el próximo 15 de febrero, en un momento en que la caída de los ingresos petroleros a causa de la crisis financiera global amenaza la principal fuente de recursos de su revolución “roja rojita”, según publica el diario Crítica de la Argentina en su edición de este lunes.
Desde su asunción el 2 de febrero de 1999, Chávez reformó las instituciones, aprobó una nueva Carta Magna, creó un esquema de alianzas internacionales apuntalado en la riqueza petrolera, y reivindicó a los pobres como la razón de su gobierno. Durante ese tiempo se realizaron catorce elecciones, hubo un intento golpista en su contra, cuatro huelgas generales impulsadas por empresarios y sindicatos, y una constante descalificación oficialista a los viejos partidos políticos que no sólo se niegan a morir, sino que también se cuelan como fantasmas en cada llamado a las urnas.
Durante estos diez años, Chávez habló en radio y televisión el equivalente a seis meses, encontró en el presidente norteamericano George W. Bush a su enemigo predilecto, y desde 2006 promueve el socialismo como un proyecto nacional de dimensiones continentales. Sin embargo, sus detractores le endilgan que radicalizó hasta el escándalo la división de los venezolanos en oficialistas y opositores.
La década chavista equivale a dos gobiernos completos de sus predecesores, que desde 1958 se alternaron en el poder a través de los partidos Acción Democrática y COPEI (socialcristiano). A pesar de ello, Chávez busca permanecer al menos otros diez años en el palacio presidencial caraqueño de Miraflores.
El mandatario sufrió su primera gran derrota electoral en diciembre de 2007, cuando los venezolanos rechazaron una reforma constitucional que planteaba cambios a 69 artículos, incluyendo el que limita los mandatos presidenciales a dos períodos. La reelección ilimitada volverá a ser materia de una consulta popular el próximo 15 de febrero, esta vez a través de una enmienda de la Carta Magna sobre ese único tema.
El “huracán” Chávez asegura que debe existir la posibilidad de reelegir a los gobernantes “hasta que el pueblo quiera”, y por eso promueve la reforma para incluir la reelección ilimitada en la Constitución bolivariana. Para defender su gestión, destaca como uno de sus mayores logros la atención a los pobres mediante las llamadas “misiones”, que están apoyadas por más de 30 mil médicos y maestros cubanos enviados por La Habana, uno de los primeros aliados de la Revolución olivariana.
Al presentar el informe de gestión de 2008 al Congreso, el presidente aseguró que en diez años salieron de la pobreza 2,19 millones de venezolanos gracias a la atención del gobierno, el aumento de la capacidad adquisitiva y los millonarios subsidios directos. En cuanto a la crisis financiera global, Chávez asegura que “no nos ha afectado gracias a las medidas que hemos tomado en todos estos años”.
Sin embargo, su gobierno –al que todavía le restan cuatro años– no pudo contener la inflación ni los niveles de criminalidad que golpean sobre todo en las grandes ciudades. En una década, la moneda nacional sufrió una devaluación del 275% y los precios se multiplicaron por cinco. La oposición también lo acusa de despreciar las reglas del juego democrático. Un informe de Human Rights Watch titulado “Una década de Chavez” provocó la furia del gobierno y la expulsión del organismo del país por denunciar su “desprecio manifiesto” por la separación de poderes.
En estos años, Hugo Chávez supo engendrar enemigos tan poderosos como la devoción que le prodigan sus seguidores. (DPA)
Una década de oro negro y símbolos chavistas
POBREZA. Según cifras oficiales, la pobreza extrema se redujo del 45% en 1999 al 9,5% en 2008. El desempleo también cayó desde el 50% a poco más del 6 por ciento.
ECONOMÍA. El gobierno asegura que el país registra 20 trimestres consecutivos de crecimiento. La deuda pública, que en 1999 representaba el 73% del PBI, hoy apenas supera el 14 por ciento. En ese mismo período, las reservas internacionales pasaron de 14 mil millones de dólares a más de 40 mil millones. La oposición denuncia que detrás de esas cifras se esconde “la inflación más alta del continente americano”.
PETRÓLEO. Cuando Chávez asumió, el precio del barril de la OPEP costaba 10,75 dólares. En junio de 2008, y luego de una política de nacionalización del sector de hidrocarburos, los ingresos del quinto productor mundial de crudo se beneficiaron de un barril a 147 dólares. Hoy cuesta 40 dólares.
INSTITUCIONES. Tras la retirada masiva de candidatos opositores, el oficialismo controla la totalidad del Congreso. También amplió el número de miembros del Tribunal Supremo. Para el antichavismo, en Venezuela “no existe el Estado de Derecho” y el Poder Judicial está “subordinado” al Ejecutivo.
SÍMBOLOS. Chávez agregó la palabra “bolivariana” al nombre del país en 1999. También cambió el Himno Nacional e invirtió el escudo nacional, cuyo caballo ahora mira hacia la izquierda.