"De boliche en boliche, me gusta la noche, me gusta el bochinche..." cantaba por osmosis seguramente la adolescente Cristina Fernández en sus años mozos de inicios de la década del setenta, cuando este tema de música nacional explotaba en las radios para pintar la vida "alocada" de la juventud de aquellos tiempos.

Tres décadas después, la presidenta Kirchner cumple funciones protocolares y de Estado mientras su hija Florencia, una adolescente como tantas otras, pero con el halo de ser heredera de una fuerte familia política de la Argentina, vive a pleno sus vacaciones.

Según cuenta el diario Perfil, desde el pasado 15 de enero se encuentra con amigas descansando en la Villa presidencial de Chapadmalal y desde su llegada a esa Unidad turística presidencial muy cercana a la ciudad de Mar del Plata, revolucionó a los caseros y hombres de seguridad de la Presidencia.

Con una rutina de descanso y mar durante el día y recorrida por las Disco más importantes de "la Feliz" por la noches, Flor da rienda suelta a su perfil "rebelde" y termina, según cuenta ese diario, en actitudes de descontrol como tirarse al amanecer a una pileta vestida acompañada por un joven galante.

Con 18 años, vestida con un solerito estampado, la hija presidencial disfrutó de la música y de los tragos en la barra del sector Vip, conocido como El Divino, en la zona de boliches del barrio de Constitución.

Rodeada de amigas, no dejaron de bailar y sacarse fotos entre ellas. Pero el escándalo llegó cuando cerca del amanecer, y después de la nieve y muchos tragos, la hija del matrimonio presidencial se tiró a la pileta del boliche, en la que llegó a bailar con un chico antes de que el personal de seguridad de la Presidencia de la Nación la sacara de la piscina, según graficó el medio periodístico mencionado.

Florencia tuvo que cambiar la visita al tradicional balneario de Pinamar --un lugar que le fascina-- a raíz de su mal año escolar (se llevó 13 materias) y habría recibido un "castigo ejemplar" de su padres no permitiéndole ir a lugar que más le agrada.

Sin embargo, Flor tiene alma de fiesta y supo sacarle jugo a los días en Mar del Plata y a comenzar a prepararse para un "difícil regreso" ya que tendrá que dar las materias pendientes y se recluirá en la Quinta de Olivos con un desfile de profesores particulares.

"Nena, a estudiar", fue la orden tajante del matrimonio presidencial para su hija, según revelaron fuentes cercanas a los Kirchner a Asteriscos.Tv.