Envuelto en una profunda crisis en su propio Partido Laborista, el primer ministro Tony Blair, confirmó hoy que dejará la jefatura del Gobierno en un año, pero se rehusó fijar una fecha concreta para su retirada.

Presionado y cada vez más aislado, Blair anunció su salida anticipada un día después de que ocho funcionarios renunciaran en medio de una rebelión interna.

"Hubiese preferido hacerlo conforme a mi calendario", dijo Blair, que se negó a mencionar una fecha específica aunque indicó que la conferencia anual del Partido Laborista que tendrá lugar este mes será su última que presidirá como primer ministro. Sobre las recientes renuncias de miembros de su gobierno, Blair dijo que fue una semana "difícil" y aclaró que el Partido Laborista "debe entender que primero está el pueblo y el país".

Ayer los reclamos laboristas para que el premier anuncie su fecha de retirada llegaron a su punto más alto con la renuncia de ocho funcionarios.

Uno de los laboristas que más presión ejerció sobre Blair fue su influyente ministro de Economía y probable sucesor Gordon Brown, quien, según medios británicos, mantuvo ayer una discusión a gritos con el jefe de Gobierno.