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"Quantum of Solace": James Bond defiende a Evo Morales
En la última y pasable película de la interminable saga del agente secreto británico, el conflicto se traslada a Bolivia, donde 007 deberá evitar un golpe de Estado
5 de noviembre de 2008
¿Qué debe tener una película de James Bond?, ¿cómo debe ser el agente 007, luego de más de dos decenas de reencarnaciones? Quizás, por fortuna, ya no exista una respuesta unívoca a estas preguntas. O, quizás, la única respuesta posible es que un filme sobre el espía británico más célebre del mundo de la ficción debe reflejar lo que está ocurriendo en el mundo, traducirlo al lenguaje del cine de acción y, al mismo tiempo, recaudar lo suficiente en las boleterías para alimentar la franquicia.
Todo esto nos lleva a “007 Quantum of Solace”, la más reciente incorporación a esa extensa lista de intentos por ofrecer una versión definitiva del personaje creado por Ian Flemming. En esta oportunidad, el sayo de Bond le cabe nuevamente a Daniel Craig, quien ya fue presentado en sociedad en “Casino Royale” como la nueva cara del agente con licencia para matar.
Y lo cierto es que a Craig no le queda nada mal el traje de Bond. Este británico de 40 años ha logrado devolverle al personaje una dosis de dureza que no tenía desde que Sean Connery lo inventara como mito cinematográfico. Porque, hay que recordarlo, Roger Moore y Pierce Brosnan han sido “Bonds” respetados y populares, pero con un grado de afectación británico que no todos los fanáticos del asunto han sabido apreciar.
Aquellos que esperaban el regreso del Bond duro, casi desalmado, debieron aguardar muchos años, hasta que Craig tomó la posta. Primero fue en “Casino Royale” y, ahora, es el turno de “007 Quantum of Solace”, donde se retoma la historia en el punto en que terminó la anterior película para después llevar a James Bond por un camino de venganza y complots políticos, que recorre Italia, Inglaterra, Haití y Austria, pero fundamentalmente Bolivia.
La película empieza con James Bond buscando vengar la muerte de Vesper, la mujer que amó y que pereció sobre el final de “Casino Royale”. Esa búsqueda revanchista llevará al agente 007 (y a toda la inteligencia británica) detrás de una organización tan ramificada como poderosa, que parece tener especial interés en derrocar al gobierno boliviano y emplazar allí a un dictador-títere para apoderarse de sus recursos naturales.
El villano de la película (el gran francés Mathieu Amalric) le pregunta en algún momento a un agente de la CIA: “Ya están Venezuela y Brasil. ¿Realmente soportarían los Estados Unidos otro gobierno marxista en América Latina?”. Porque así se rara es la visión que se tiene de la política latinoamericana en los escritorios de Hollywood. Pero lo cierto es que aquellos que vean la película sabrán que no hay demasiadas dudas de que se alude al gobierno de Evo Morales. Que, por una vez en su vida, James Bond deberá trabajar para proteger a la izquierda latinoamericana. ¿Quién lo hubiera dicho?
Pero volvamos. De un lado tenemos una organización criminal que quiere deponer al gobierno boliviano, que busca aprovecharse de ciertos recursos naturales y que cuenta con el respaldo de la CIA. Del otro lado, tenemos a James Bond. Ah, y tenemos a una chica. Una chica Bond, claro. En este caso, la responsable del cupo femenino es la ucraniana Olga Kurylenko, que en la película interpreta a una boliviana que busca su propia venganza. Para completar el cuadro, aparecen por ahí Judi Dench en el papel de M y Giancarlo Giannini en su rol de espía retirado.
¿Y qué más pasa? Bueno, lo que uno puede esperar: hay persecuciones de todo tipo (en auto, a pie, en avión, en bote), hay peleas, hay un James Bond bastante dado a matar a quien se le ponga delante, hay explosiones y todas esas cosas que suelen adornar una película del agente 007.
Entonces, volvemos al comienzo y comprobamos que sí, que “007 Quantum of Solace” cumple con todos los requisitos para ser una película de James Bond (aunque algunos se quejen de la baja intensidad sexual del filme). ¿Es de las mejores películas de James Bond? Aquí la cosa se pone más difícil. Después de un primer vistazo, uno llega a la conclusión de que no es una mala película de acción, pero está lejos de ser recordada como uno de aquellos hitos que marcaron un quiebre en la historia del hombre de los martinis batidos.
Todo esto nos lleva a “007 Quantum of Solace”, la más reciente incorporación a esa extensa lista de intentos por ofrecer una versión definitiva del personaje creado por Ian Flemming. En esta oportunidad, el sayo de Bond le cabe nuevamente a Daniel Craig, quien ya fue presentado en sociedad en “Casino Royale” como la nueva cara del agente con licencia para matar.
Y lo cierto es que a Craig no le queda nada mal el traje de Bond. Este británico de 40 años ha logrado devolverle al personaje una dosis de dureza que no tenía desde que Sean Connery lo inventara como mito cinematográfico. Porque, hay que recordarlo, Roger Moore y Pierce Brosnan han sido “Bonds” respetados y populares, pero con un grado de afectación británico que no todos los fanáticos del asunto han sabido apreciar.
Aquellos que esperaban el regreso del Bond duro, casi desalmado, debieron aguardar muchos años, hasta que Craig tomó la posta. Primero fue en “Casino Royale” y, ahora, es el turno de “007 Quantum of Solace”, donde se retoma la historia en el punto en que terminó la anterior película para después llevar a James Bond por un camino de venganza y complots políticos, que recorre Italia, Inglaterra, Haití y Austria, pero fundamentalmente Bolivia.
La película empieza con James Bond buscando vengar la muerte de Vesper, la mujer que amó y que pereció sobre el final de “Casino Royale”. Esa búsqueda revanchista llevará al agente 007 (y a toda la inteligencia británica) detrás de una organización tan ramificada como poderosa, que parece tener especial interés en derrocar al gobierno boliviano y emplazar allí a un dictador-títere para apoderarse de sus recursos naturales.
El villano de la película (el gran francés Mathieu Amalric) le pregunta en algún momento a un agente de la CIA: “Ya están Venezuela y Brasil. ¿Realmente soportarían los Estados Unidos otro gobierno marxista en América Latina?”. Porque así se rara es la visión que se tiene de la política latinoamericana en los escritorios de Hollywood. Pero lo cierto es que aquellos que vean la película sabrán que no hay demasiadas dudas de que se alude al gobierno de Evo Morales. Que, por una vez en su vida, James Bond deberá trabajar para proteger a la izquierda latinoamericana. ¿Quién lo hubiera dicho?
Pero volvamos. De un lado tenemos una organización criminal que quiere deponer al gobierno boliviano, que busca aprovecharse de ciertos recursos naturales y que cuenta con el respaldo de la CIA. Del otro lado, tenemos a James Bond. Ah, y tenemos a una chica. Una chica Bond, claro. En este caso, la responsable del cupo femenino es la ucraniana Olga Kurylenko, que en la película interpreta a una boliviana que busca su propia venganza. Para completar el cuadro, aparecen por ahí Judi Dench en el papel de M y Giancarlo Giannini en su rol de espía retirado.
¿Y qué más pasa? Bueno, lo que uno puede esperar: hay persecuciones de todo tipo (en auto, a pie, en avión, en bote), hay peleas, hay un James Bond bastante dado a matar a quien se le ponga delante, hay explosiones y todas esas cosas que suelen adornar una película del agente 007.
Entonces, volvemos al comienzo y comprobamos que sí, que “007 Quantum of Solace” cumple con todos los requisitos para ser una película de James Bond (aunque algunos se quejen de la baja intensidad sexual del filme). ¿Es de las mejores películas de James Bond? Aquí la cosa se pone más difícil. Después de un primer vistazo, uno llega a la conclusión de que no es una mala película de acción, pero está lejos de ser recordada como uno de aquellos hitos que marcaron un quiebre en la historia del hombre de los martinis batidos.