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"El extraño mundo de Jack 3D": ¡muerte a la Navidad!
La reedición en tres dimensiones de esta joya de la animación cuadro por cuadro es una excelente oportunidad para volver a encontrar la magia de Tim Burton
29 de octubre de 2008
Quince largos años han pasado desde que todos los amantes de la animación quedaron literalmente boquiabiertos frente a uno de los más grandes prodigios de la técnica del “cuadro por cuadro”. Se trata, claro está, de “El extraño mundo de Jack”, tal como se conoció en la Argentina a aquella película titulada originalmente como “La pesadilla antes de Navidad”.
En su momento, la película movió el tablero y se estableció en ese terreno indeterminado que suelen ocupar los trabajos en los que Tim Burton mete su garra. Era de animación, estaba hecha con “muñequitos” con destino de merchandising, trataba sobre la Navidad y Halloween, pero decididamente no era un filme infantil. O, mejor dicho, era una película para chicos “freaks”, chicos como debió haber sido el propio Burton en su infancia: disfuncionales, audaces, ajenos a la pretendida inocencia de la niñez.
El asunto es que ahora, una década y media después de su aparición original en la cartelera, Jack Skellington, el rey de la Noche de Brujas, está de regreso. Y no sólo eso: se lo puede ver en tres dimensiones, mucho más real, mucho más amenazante. Lo cual no puede dejar de provocar una inmensa alegría a todos los amantes de esta eterna historia sobre el complot contra las festividades.
¿Alguien no recuerda el argumento? Es de lo más sencillo y, al mismo tiempo, sólo puede ser fruto de una mente tortuosa y talentosa como la del querido Burton. La historia gira en torno al propio Jack, quien es el rey de Halloween, el amo y señor de la Noche de Brujas, el experto en asustar niños y sembrar el terror cada vez que termina octubre. Sin embargo, la vida de Jack está vacía; ya está harto de repetir una y otra vez la misma rutina y de recibir una y otra vez los mismos elogios acríticos de sus espeluznantes amigos, en Halloweentown.
Agobiado y aburrido, Jack saldrá a explorar y descubrirá que existe otra cosa allá afuera. Algo llamado Navidad. Entusiasmado con lo que ha visto en los polares dominios de Santa Claus, Jack postulará que es tiempo de darle un giro a su vida y transformar sus tenebrosos festejos en algo más “navideño”. Claro que poner la Navidad en manos de una banda de seres oscuros y habituados al terror traerá consecuencias horrendas. Y ése es sólo el comienzo de los problemas.
Para ser exactos, “El extraño mundo de Jack” no es una película dirigida por Tim Burton, sino por Henry Selick, un especialista en animaciones raras, también responsable de “Monkeybone” (con Brendan Fraser) y “Juanito y las habichuelas mágicas” (con Richard Dreyfuss). De todos modos, el guión sí fue escrito por Burton, quien además fue el productor del filme y dejó marcada a fuego su marca indeleble en la película.
Para darse cuenta del definitivo sesgo “burtoniano” que tiene “El extraño mundo de Jack”, basta con ponerla en serie con otros de sus trabajos. Desde “La gran aventura de Pee-wee” y “Beetlejuice”, hasta “El joven manos de tijera”, “¡Marte ataca!” o, especialmente, “El cadaver de la novia”. Una ojeada a su filmografía alcanza para saber que “El extraño mundo de Jack” es una más de sus películas. Y no sólo eso. Es una de las mejores.
En su momento, la película movió el tablero y se estableció en ese terreno indeterminado que suelen ocupar los trabajos en los que Tim Burton mete su garra. Era de animación, estaba hecha con “muñequitos” con destino de merchandising, trataba sobre la Navidad y Halloween, pero decididamente no era un filme infantil. O, mejor dicho, era una película para chicos “freaks”, chicos como debió haber sido el propio Burton en su infancia: disfuncionales, audaces, ajenos a la pretendida inocencia de la niñez.
El asunto es que ahora, una década y media después de su aparición original en la cartelera, Jack Skellington, el rey de la Noche de Brujas, está de regreso. Y no sólo eso: se lo puede ver en tres dimensiones, mucho más real, mucho más amenazante. Lo cual no puede dejar de provocar una inmensa alegría a todos los amantes de esta eterna historia sobre el complot contra las festividades.
¿Alguien no recuerda el argumento? Es de lo más sencillo y, al mismo tiempo, sólo puede ser fruto de una mente tortuosa y talentosa como la del querido Burton. La historia gira en torno al propio Jack, quien es el rey de Halloween, el amo y señor de la Noche de Brujas, el experto en asustar niños y sembrar el terror cada vez que termina octubre. Sin embargo, la vida de Jack está vacía; ya está harto de repetir una y otra vez la misma rutina y de recibir una y otra vez los mismos elogios acríticos de sus espeluznantes amigos, en Halloweentown.
Agobiado y aburrido, Jack saldrá a explorar y descubrirá que existe otra cosa allá afuera. Algo llamado Navidad. Entusiasmado con lo que ha visto en los polares dominios de Santa Claus, Jack postulará que es tiempo de darle un giro a su vida y transformar sus tenebrosos festejos en algo más “navideño”. Claro que poner la Navidad en manos de una banda de seres oscuros y habituados al terror traerá consecuencias horrendas. Y ése es sólo el comienzo de los problemas.
Para ser exactos, “El extraño mundo de Jack” no es una película dirigida por Tim Burton, sino por Henry Selick, un especialista en animaciones raras, también responsable de “Monkeybone” (con Brendan Fraser) y “Juanito y las habichuelas mágicas” (con Richard Dreyfuss). De todos modos, el guión sí fue escrito por Burton, quien además fue el productor del filme y dejó marcada a fuego su marca indeleble en la película.
Para darse cuenta del definitivo sesgo “burtoniano” que tiene “El extraño mundo de Jack”, basta con ponerla en serie con otros de sus trabajos. Desde “La gran aventura de Pee-wee” y “Beetlejuice”, hasta “El joven manos de tijera”, “¡Marte ataca!” o, especialmente, “El cadaver de la novia”. Una ojeada a su filmografía alcanza para saber que “El extraño mundo de Jack” es una más de sus películas. Y no sólo eso. Es una de las mejores.