Las privadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), implantadas en Chile hace casi tres décadas y emuladas en una decena de países, acumulan este año una
caída histórica de su rentabilidad producto de la crisis financiera, pero se considera que el modelo sigue vigente.

"Los ahorros de los trabajadores de Chile están a buen recaudo", dijo este martes el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, consultado sobre una eventual nacionalización del sistema, tal como ocurriría en Argentina, que emuló el modelo chileno.

"Lo importante es tener bien claro que tenemos una institucionalidad bien armada en Chile, tenemos mecanismos de fiscalización y de control y un sistema que está funcionando", agregó el ministro.

Más de ocho millones de trabajadores chilenos mantienen sus ahorros previsionales en las cinco AFPs que funcionan en el país, las que acumulaban una caída anual promedio hasta septiembre de un 13,4%, según al último informe de la Superintendencia de
Pensiones (SP).

Pero, dependiendo del nivel de riesgo por el que opten los trabajadores, las pérdidas anuales alcanzan hasta 27%.

Desde hace cinco años los trabajadores chilenos pueden escoger entre cinco tipos de fondos para administrar sus ahorros, según el riesgo que estén dispuestos a asumir.

El fondo A tiene la mayor presencia en instrumentos bursátiles en el mercado doméstico y extranjero y es el que acumula las mayores pérdidas, con un 26,7%. El B, con un componente un poco menor de renta variable, anotó una caída anual de 20,2%, mientras
que la del C fue de 13,2% y la del D de 6,7%.

La rentabilidad del fondo E por su parte -que invierte sólo en renta fija- acumuló en el año una ligera ganancia de 0,45%.

En septiembre el valor de los fondos de pensiones alcanzó 92.329 millones de dólares, con una disminución de 16.184 millones de dólares (-14,9%) respecto a igual fecha del año anterior, según el reporte de la SP.

Chile instauró el sistema privado de pensiones en 1981 durante la dictadura del general Augusto Pinochet, que significó la capitalización individual de los trabajadores con un aporte obligatorio mensual de 10 a 13% del salario.

Hasta antes de la crisis, el sistema generada una rentabilidad promedio anual del orden del 12%.

En 2006 estudios oficiales proyectaron que tras 25 años de funcionamiento las AFPs no eran capaces de asegurar una pensión mínima a la mitad de sus casi 8 millones de afiliados.

El diagnóstico derivó en una reforma al sistema que comenzó a regir en junio pasado, cuando el Estado adquirió un rol más preponderante al garantizar una pensión básica universal de casi 100 dólares a todos los mayores de 65 años en condición de
pobreza y un aumento de casi 20% en el monto de las pensiones para los trabajadores de ingresos medios.

Se instauró además un bono de casi 500 dólares para todas las mujeres por cada hijo nacido y se establecieron mayores regulaciones a las AFPs, estimulando la competencia entre ellas, por ejemplo.

"Hicimos una gran reforma de pensiones que contó con todo el acuerdo de los distintos sectores, que ha sido alabada por moros y cristianos", resaltó este martes el ministro Velasco.

"El funcionamiento del sistema ha sido extraordinario. Por un año de caída de la rentabilidad no es posible echar abajo a todo el sistema", dijo a la AFP, el economista Guillermo Patillo.

"Es absurdo pensar en una nacionalización. Afortunadamente el populismo en Chile no ha llegado a esos niveles", agregó el economista, criticando la decisión del gobierno de Cristina Kirchner de reestatizar el sistema de jubilaciones privadas.

El índice líder Merval de la Bolsa de Buenos Aires se derrumbaba el martes 10,69% a 1.050,15 puntos hacia media jornada, en reacción negativa ante la eventual reestatización del sistema privado argentino de jubilaciones, señalaron operadores a
la AFP.