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Claves para salir airoso de una entrevista laboral
Muchas veces se cometen errores burdos que ponen en peligro la obtención del empleo. Sepa los secretos de lo que se debe hacer y que se hay que evitar en una entrevista
26 de septiembre de 2008
¿Quién no salió alguna vez de una entrevista laboral con la sensación de haberse equivocado? Los especialistas recomiendan prepararse, pero no sobreactuar. Aquí, un decálogo para salir airoso de la experiencia:
* Se deben evitar siempre las respuestas trilladas.
Hay preguntas clásicas como: ¿cuáles son sus debilidades?, o ¿qué espera de su trabajo en esta empresa?, que los candidatos suelen responden con un discurso armado. Un ejemplo a evitar es decir “mi debilidad es que soy demasiado responsable”.
“Eso es transformar una fortaleza en debilidad para no responder con sinceridad. Sin embargo, es bueno mencionar debilidades como una forma de autoevaluación. Las respuestas originales y espontáneas son bien vistas”, explica Laura Bitocco, gerente de Reclutamiento y Selección del Grupo Hidalgo y Asociados, consultadopor el diario El Cronista. “Busco un desarrollo profesional”, es otra de las frases prefabricadas que, muchas veces, pierde sentido.
* Es indispensable ser preciso sobre los temas económicos.
“Un error común es no tener clara la diferencia entre salario neto o de bolsillo y el valor bruto que está percibiendo en su actual trabajo. Esta desinformación trae problemas en algún momento del proceso de selección”, señala Martha Alles, consultora en gestión por competencias.
Otro error es decir una remuneración pretendida en la consultora y luego mencionar un valor superior en la empresa que está realizando la búsqueda.
* Inflar el currículum es una tentación que se debe evitar.
“Los datos se chequean más que antes”, advierte Sabrina Aguirre Blaylock, coordinadora nacional de Selección de Sesa Select.
Ocurre que ante cualquier sospecha de falsedad, el candidato queda fuera del proceso. “Muchos dicen ‘sólo acomodé los hechos o las fechas’. Eso es una forma de mentir. Un entrevistador con experiencia detecta inconsistencias en los relatos. Si tiene algo difícil que decir, por ejemplo que fue despedido, prepare y ensaye la mejor forma de hacerlo, pero no mienta”, recomienda Alles.
* Dar ejemplos es positivo.
“Ayuda contar experiencias o procesos en los que se haya intervenido durante trabajos anteriores para demostrar alguna competencia”, destaca Bitocco.
* Se debe ser puntual.
Es básico, pero cuando la demora es inevitable –especialmente con el complicado tránsito porteño– se recomienda avisar de cualquier forma (hasta con un mensaje de texto).
“Al llegar, hay que disculparse y explicar el motivo de la demora. No sirve hacer caso omiso. Es muy distinto hacerse cargo del problema que negarlo”, asegura Aguirre Blaylock.
* No hay que hablar mal de ex jefes o de trabajos anteriores.
“Trabaje sobre el tema, ensaye respuestas, pero no manifieste sentimientos negativos”, dice Alles.
* No dejar preguntas sin contestar ni irse por las ramas. “Los entrevistadores quieren ver si la persona es capaz de poner foco sobre un tema. Cuando el discurso es difuso, habla de alguien que no puede hacer lo que se le pide”, afirma Aguirre Blaylock.
* Cuidar los gestos y el lenguaje. “Lo gestual se analiza. Por eso, hay que mirar al entrevistador y no esconder las manos”, señala Aguirre Blaylock. También se sugiere ser respetuosos, amables –pero sin exagerar– y usar un vocabulario educado y simple. “No sirve tirar dos o tres frases en inglés para demostrar conocimiento”, aclara la especialista.
* Esperar hasta el final de la entrevista para formular preguntas. “Se puede preguntar sobre cómo sigue el proceso o acerca de los temas económicos relacionados. Pero nunca al comenzar la entrevista”, sugiere Alles.
* Demostrar verdadero interés. “Es habitual que los candidatos no muestren interés, especialmente los jóvenes profesionales. En esos casos, el entrevistador siente que la persona simplemente vio luz y entró –explica Bitocco–. Por eso, es fundamental averiguar toda la información posible sobre la compañía”.
* Se deben evitar siempre las respuestas trilladas.
Hay preguntas clásicas como: ¿cuáles son sus debilidades?, o ¿qué espera de su trabajo en esta empresa?, que los candidatos suelen responden con un discurso armado. Un ejemplo a evitar es decir “mi debilidad es que soy demasiado responsable”.
“Eso es transformar una fortaleza en debilidad para no responder con sinceridad. Sin embargo, es bueno mencionar debilidades como una forma de autoevaluación. Las respuestas originales y espontáneas son bien vistas”, explica Laura Bitocco, gerente de Reclutamiento y Selección del Grupo Hidalgo y Asociados, consultadopor el diario El Cronista. “Busco un desarrollo profesional”, es otra de las frases prefabricadas que, muchas veces, pierde sentido.
* Es indispensable ser preciso sobre los temas económicos.
“Un error común es no tener clara la diferencia entre salario neto o de bolsillo y el valor bruto que está percibiendo en su actual trabajo. Esta desinformación trae problemas en algún momento del proceso de selección”, señala Martha Alles, consultora en gestión por competencias.
Otro error es decir una remuneración pretendida en la consultora y luego mencionar un valor superior en la empresa que está realizando la búsqueda.
* Inflar el currículum es una tentación que se debe evitar.
“Los datos se chequean más que antes”, advierte Sabrina Aguirre Blaylock, coordinadora nacional de Selección de Sesa Select.
Ocurre que ante cualquier sospecha de falsedad, el candidato queda fuera del proceso. “Muchos dicen ‘sólo acomodé los hechos o las fechas’. Eso es una forma de mentir. Un entrevistador con experiencia detecta inconsistencias en los relatos. Si tiene algo difícil que decir, por ejemplo que fue despedido, prepare y ensaye la mejor forma de hacerlo, pero no mienta”, recomienda Alles.
* Dar ejemplos es positivo.
“Ayuda contar experiencias o procesos en los que se haya intervenido durante trabajos anteriores para demostrar alguna competencia”, destaca Bitocco.
* Se debe ser puntual.
Es básico, pero cuando la demora es inevitable –especialmente con el complicado tránsito porteño– se recomienda avisar de cualquier forma (hasta con un mensaje de texto).
“Al llegar, hay que disculparse y explicar el motivo de la demora. No sirve hacer caso omiso. Es muy distinto hacerse cargo del problema que negarlo”, asegura Aguirre Blaylock.
* No hay que hablar mal de ex jefes o de trabajos anteriores.
“Trabaje sobre el tema, ensaye respuestas, pero no manifieste sentimientos negativos”, dice Alles.
* No dejar preguntas sin contestar ni irse por las ramas. “Los entrevistadores quieren ver si la persona es capaz de poner foco sobre un tema. Cuando el discurso es difuso, habla de alguien que no puede hacer lo que se le pide”, afirma Aguirre Blaylock.
* Cuidar los gestos y el lenguaje. “Lo gestual se analiza. Por eso, hay que mirar al entrevistador y no esconder las manos”, señala Aguirre Blaylock. También se sugiere ser respetuosos, amables –pero sin exagerar– y usar un vocabulario educado y simple. “No sirve tirar dos o tres frases en inglés para demostrar conocimiento”, aclara la especialista.
* Esperar hasta el final de la entrevista para formular preguntas. “Se puede preguntar sobre cómo sigue el proceso o acerca de los temas económicos relacionados. Pero nunca al comenzar la entrevista”, sugiere Alles.
* Demostrar verdadero interés. “Es habitual que los candidatos no muestren interés, especialmente los jóvenes profesionales. En esos casos, el entrevistador siente que la persona simplemente vio luz y entró –explica Bitocco–. Por eso, es fundamental averiguar toda la información posible sobre la compañía”.