Este año el gasto en salud público y privado sumado aumentará 35 por ciento respecto del 2007, cuando se invirtieron en el sistema unos 51.700 millones de pesos, de acuerdo con estimaciones que se conocieron en la primera jornada del XI Congreso Argentino de Salud que comenzó en Salta, y que fue inaugurado por el gobernador Juan Manuel Urtubey.

El diagnóstico advierte que los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas en el abrumado sistema sanitario, donde el 40 por ciento de la población carece de seguro médico y depende de los hospitales o salas de emergencia para el cuidado de su salud.

El mercado de la salud representa casi el 7 por ciento del PBI y alcanzará un gasto de 65.000 millones de pesos cuando concluya el 2008, de acuerdo con estudios preliminares debatidos en el XI Congreso Argentino de Salud, que la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (ACAMI) realiza entre hasta este viernes en Salta.

En el país hay 16 millones de personas que no acceden al sistema de las obras sociales y mucho menos al privado, y tampoco cuentan con descuentos en medicamentos, que deben pagar al 100 por ciento, lo cual duplica el impacto sobre su gasto de bolsillo, consigna el estudio de ACAMI.

La utilización de aparatología de última generación, como resonadores magnéticos, centellogramas, tomógrafos y medidores digitales, solventados con insumos importados a precio dólar, también contribuye a disparar el gasto en el sistema.

A esto se suma la proliferación de juicios por mala praxis, que representan otro aspecto oneroso de un sistema sanitario cada vez más exigido, alertaron en la reunión.

ACAMI, la entidad organizadora del Congreso, nuclea a 27 prestadores sin fines de lucro, como CEMIC, FLENI, OSDE y los hospitales Alemán, Británico e Italiano, entre otras instituciones del sistema de salud.

Según sus datos, el 45% de los habitantes (18 millones de personas) recibe atención médica a través de una obra social; un 8,3% (3,4 millones) contrata servicios particulares de medicina prepaga o mutuales y un 8% (3,2 millones) está afiliado al Pami.

El sistema de las obras sociales facturará más de 20.000 millones de pesos este año, poco más del 30 por ciento del gasto en salud previsto. Se estima que las obras sociales nacionales prestan cobertura al 32,4 % de la población y las provinciales, a
un 15%.

Por otra parte, el Pami gastó en el 2007 unos 4.500 millones de pesos para atender a 3,2 millones de personas de mayor edad ($117 por mes y por persona), mientras que las empresas de medicina prepaga desembolsaron unos 6.200 millones para brindar servicio
médico a 3,3 millones ($ 156 mensuales por afiliado).

En cuanto al sistema público (exceptuado el PAMI), gastó unos 14.700 millones de pesos durante 2007, el 28% del total, para atender a unos 16 millones de personas que no cuentan con otra cobertura, con un gasto per cápita de $ 927. Es decir que las
prepagas invirtieron $ 1.851 per cápita, el Pami $ 1.413, y el promedio general ascendió a $ 1.213 durante el año.

Según Daniel Maceira, investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedades (CEDES) y del BID, el gasto en salud es muy desigual entre las provincias: "Algunas invierten hasta 8 veces más que otras" aseguró, y señaló que existe una pobre articulación entre los fondos y profundas brechas de calidad entre los subsistemas.

Maceira sostuvo que el gasto en salud de Argentina es uno de los más altos de América Latina, incluso es el doble y hasta el triple de países con niveles de desarrollo similar, a pesar de lo cual posee una tasa de mortalidad de niños menores de 5 años que duplica a la de esos países.

En términos reales, la Nación ejecuta menos del 20% del gasto en salud que se hace en todo el país, "en medio de un sistema altamente fragmentado en el que conviven institutos nacionales con provinciales y más de 300 obras sociales".