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Cristina repartió retos, pasó frío y nada dijo de Antonini
En Chubut, confundió el nombre de la ciudad en la que estaba, se quejó porque, afirmó, el palco estaba "mal armado" y describió las "dificultades" de vivir en la Patagonia
12 de septiembre de 2008
"Gracias Trelew, muchas gracias Trelew", gritaba Cristina Kirchner con los brazos en alto, envuelta en una tupida bufanda blanca y eufórica.
Una pancarta la hizo reaccionar: "Perdón, Punta Tombo", se corrigió. La Presidenta intentó salvar el desliz con una queja. "Lo voy a matar al chico que puso el palco al revés (de cara al viento). ¿Es porteño? ¡Ven! Yo sabía que algo de eso tenía que haber.
En la Patagonia no nos equivocamos cuando tenemos que armar los palcos", deslizó con ironía.
El tono de las primeras frases del discurso de la jefa del Estado en Chubut, adonde viajó para inaugurar obras, pareció augurar lo que minutos después quedó confirmado: la Presidenta evitó hacer cualquier tipo de mención al escándalo de la valija con los US$ 800.000 que Alejandro Antonini intentó ingresar en el país y cuyos detalles siguen salpicando al Gobierno.
"Miren el frío que tendré que me equivoqué de pueblo", insistió.
"Estoy feliz de estar en este rincón emblemático de la Patagonia, donde está la mayor colonia pingüina del mundo. Medio millón de pingüinos, para que tengan, guarden y archiven como decimos nosotros", continuó entre risas.
"Olvido y postergación". Como cada vez que habla desde algún punto del Sur, Cristina Kirchner aludió a las dificultades de haber vivido allí. "En la Patagonia sufrimos mucho el olvido y la postergación. Obras como esta nos hablan de que hemos reconquistado la posibilidad de de soñar con el futuro y de vivir un presente mejor", afirmó.
En Punta Tombo, junto al gobernador Mario Das Neves, la Presidenta inauguró el último tramo de la pavimentación de la ruta provincial 1.
Cristina Kirchner y el mandatario, que le dedicó efusivos elogios, se mostraron juntos después de que Das Neves protagonizara un duro enfrentamiento con el Gobierno durante el conflicto con el campo. El chubutense fue uno de los hombres del oficialismo que reclamó la renuncia de Alberto Fernández con mayor vehemencia.
"Este proyecto es el de un país federal, esa palabra que tantas veces escuché declamar durante campañas electorales. Una palabra que después quedaba olvidada para seguir centralizándolo todo allá, en el puerto de Buenos Aires", añadió.
En este punto de su mensaje, Cristina Kirchner aludió a las vicisitudes de la vida en el sur del país. "Quienes ven estas inmensidades barridas por el viento y el frio, tal vez entiendan un poco más a los que viivimos aquí y fuimos moldeados por las dificultades del clima y con la adversidad de ser muy poquitos". Y concluyó: "Es la muestra de un país que violvió a considerar que todos somos importantes, grandes y chicos".
Antes de despedirse, volvió a reprender a los encargados de armar el podio desde el que dio el discurso. "La próxima vez armen bien el palco", pidió dos veces. "Es para no tener tanto frío", justificó mientras el viento la despeinaba.
Una pancarta la hizo reaccionar: "Perdón, Punta Tombo", se corrigió. La Presidenta intentó salvar el desliz con una queja. "Lo voy a matar al chico que puso el palco al revés (de cara al viento). ¿Es porteño? ¡Ven! Yo sabía que algo de eso tenía que haber.
En la Patagonia no nos equivocamos cuando tenemos que armar los palcos", deslizó con ironía.
El tono de las primeras frases del discurso de la jefa del Estado en Chubut, adonde viajó para inaugurar obras, pareció augurar lo que minutos después quedó confirmado: la Presidenta evitó hacer cualquier tipo de mención al escándalo de la valija con los US$ 800.000 que Alejandro Antonini intentó ingresar en el país y cuyos detalles siguen salpicando al Gobierno.
"Miren el frío que tendré que me equivoqué de pueblo", insistió.
"Estoy feliz de estar en este rincón emblemático de la Patagonia, donde está la mayor colonia pingüina del mundo. Medio millón de pingüinos, para que tengan, guarden y archiven como decimos nosotros", continuó entre risas.
"Olvido y postergación". Como cada vez que habla desde algún punto del Sur, Cristina Kirchner aludió a las dificultades de haber vivido allí. "En la Patagonia sufrimos mucho el olvido y la postergación. Obras como esta nos hablan de que hemos reconquistado la posibilidad de de soñar con el futuro y de vivir un presente mejor", afirmó.
En Punta Tombo, junto al gobernador Mario Das Neves, la Presidenta inauguró el último tramo de la pavimentación de la ruta provincial 1.
Cristina Kirchner y el mandatario, que le dedicó efusivos elogios, se mostraron juntos después de que Das Neves protagonizara un duro enfrentamiento con el Gobierno durante el conflicto con el campo. El chubutense fue uno de los hombres del oficialismo que reclamó la renuncia de Alberto Fernández con mayor vehemencia.
"Este proyecto es el de un país federal, esa palabra que tantas veces escuché declamar durante campañas electorales. Una palabra que después quedaba olvidada para seguir centralizándolo todo allá, en el puerto de Buenos Aires", añadió.
En este punto de su mensaje, Cristina Kirchner aludió a las vicisitudes de la vida en el sur del país. "Quienes ven estas inmensidades barridas por el viento y el frio, tal vez entiendan un poco más a los que viivimos aquí y fuimos moldeados por las dificultades del clima y con la adversidad de ser muy poquitos". Y concluyó: "Es la muestra de un país que violvió a considerar que todos somos importantes, grandes y chicos".
Antes de despedirse, volvió a reprender a los encargados de armar el podio desde el que dio el discurso. "La próxima vez armen bien el palco", pidió dos veces. "Es para no tener tanto frío", justificó mientras el viento la despeinaba.