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"Los extraños": solos en una madrugada de pesadilla
Una pareja en crisis que debe pasar la noche en una casa solitaria en medio de la nada. Ése es el planteo de este deslucido filme de terror protagonizado por Liv Tyler
10 de septiembre de 2008
La idea en sí no era mala. Se trata, en cierto modo, de la pesadilla de cualquier pareja que haya alquilado una quinta en algún punto del conurbano para pasar unos días de sus vacaciones. Una fantasía terrorífica que todo aquel que se encontró de noche en algún lugar más o menos remoto del hogar ha experimentado con inquietud.
El argumento es más o menos así. Liv Tyler y Scott Speedman interpretan a una joven pareja que parecía feliz y tranquila, pero cuya relación repentinamente se ha visto deteriorada. Es que, de improviso y aprovechando que pasarán la noche a solas en una casa de campo, él decide regalarle a su novia un anillo de bodas y proponerle matrimonio. Ella, contra los planes del muchacho, duda y dice que no está preparada para dar ese paso.
Las cosas se ponen algo melancólicas y el champagne que iba a ser tomado en copas y junto a los candelabros, de repente es bebido del pico, mientras ambos intentan pasar la noche sin que la incomodidad que ha surgido entre ambos termine de arruinar la relación. En eso están, cuando alguien (alrededor de las cuatro de la mañana) golpea la puerta de esa casa en medio de la nada.
Es una chica que pregunta por una amiga. Le dicen que debe estar confundida y la chica se marcha. Luego, Liv Tyler se queda inoportuamente sin cigarrillos y su novio, todavía dolido por el rechazo a su propuesta marital, se ofrece para ir con el auto hasta el pueblo para calmar la ansiedad de la fumadora. Cuando ella queda sola, vuelven a golpear la puerta.
A partir de ese momento, comienza la pesadilla. Ya no se trata de una chica perdida y algo borracha que se confundió de casa, sino de tres personas encapuchadas que harán lo indecible para atormentar psicológica y físicamente a la pobre pareja abandonada a la buena de Dios, en quién sabe que punto perdido de la geografía rural norteamericana.
Como decíamos, el planteo, como tal, no tiene ningún elemento que inherentemente transforme a “Los extraños” en una mala película. Lo que hace que el filme termine naufragando es su inconsistencia, su deriva argumental y hasta sus reiterados errores de continuidad.
Sus realizadores podrán decir, en su defensa, que se trata de una película basada en un hecho real y que lo que han filmado es el reflejo fiel de la experiencia que sufrieron dos personas de carne y hueso. El argumento podría ser tomado como válido. Aunque siempre se les podría recordar que no cualquier hecho real puede ser transformado en una película.
En fin, “Los extraños” no será una película que vaya a quedar en los anales del género de terror y, posiblemente, tampoco ocupe gran espacio en la memoria de quienes decidan ir a verla. Quizás, la única buena noticia sea el regreso de Liv Tyler a la pantalla grande, luego de un lustro de esporádicas apariciones, entre las cuales sólo vale la pena mencionar su participación en la reciente “Hulk”. Eso sí, habría que recomendarle a la hija del gran Steven Tyler y a su agente que sean un poco más selectivos a la hora de aceptar propuestas de Hollywood.
El argumento es más o menos así. Liv Tyler y Scott Speedman interpretan a una joven pareja que parecía feliz y tranquila, pero cuya relación repentinamente se ha visto deteriorada. Es que, de improviso y aprovechando que pasarán la noche a solas en una casa de campo, él decide regalarle a su novia un anillo de bodas y proponerle matrimonio. Ella, contra los planes del muchacho, duda y dice que no está preparada para dar ese paso.
Las cosas se ponen algo melancólicas y el champagne que iba a ser tomado en copas y junto a los candelabros, de repente es bebido del pico, mientras ambos intentan pasar la noche sin que la incomodidad que ha surgido entre ambos termine de arruinar la relación. En eso están, cuando alguien (alrededor de las cuatro de la mañana) golpea la puerta de esa casa en medio de la nada.
Es una chica que pregunta por una amiga. Le dicen que debe estar confundida y la chica se marcha. Luego, Liv Tyler se queda inoportuamente sin cigarrillos y su novio, todavía dolido por el rechazo a su propuesta marital, se ofrece para ir con el auto hasta el pueblo para calmar la ansiedad de la fumadora. Cuando ella queda sola, vuelven a golpear la puerta.
A partir de ese momento, comienza la pesadilla. Ya no se trata de una chica perdida y algo borracha que se confundió de casa, sino de tres personas encapuchadas que harán lo indecible para atormentar psicológica y físicamente a la pobre pareja abandonada a la buena de Dios, en quién sabe que punto perdido de la geografía rural norteamericana.
Como decíamos, el planteo, como tal, no tiene ningún elemento que inherentemente transforme a “Los extraños” en una mala película. Lo que hace que el filme termine naufragando es su inconsistencia, su deriva argumental y hasta sus reiterados errores de continuidad.
Sus realizadores podrán decir, en su defensa, que se trata de una película basada en un hecho real y que lo que han filmado es el reflejo fiel de la experiencia que sufrieron dos personas de carne y hueso. El argumento podría ser tomado como válido. Aunque siempre se les podría recordar que no cualquier hecho real puede ser transformado en una película.
En fin, “Los extraños” no será una película que vaya a quedar en los anales del género de terror y, posiblemente, tampoco ocupe gran espacio en la memoria de quienes decidan ir a verla. Quizás, la única buena noticia sea el regreso de Liv Tyler a la pantalla grande, luego de un lustro de esporádicas apariciones, entre las cuales sólo vale la pena mencionar su participación en la reciente “Hulk”. Eso sí, habría que recomendarle a la hija del gran Steven Tyler y a su agente que sean un poco más selectivos a la hora de aceptar propuestas de Hollywood.