El ministro del Interior, Florencio Randazzo, fue el primer miembro del gabinete nacional en hacer referencia a los serios incidentes que se produjeron en las estaciones de Castelar y Merlo. Y su afirmación no dejó lugar a dudas: responsabilizó por los episodios a "infiltrados de Quebracho y del PO".

"Venimos de un país que decía tren que para, tren que cierra. Este gobierno cree en el servicio de pasajeros. No contribuye que un grupo de inadaptados y de infiltrados - gente de Quebracho, de P.O- que prendan fuego los vagones. Hay que tener un mayor control, las empresas tienen que ofrecer el servicio con calidad", dijo el funcionario nacional en declaraciones a Radio América, según consignó el diario Clarín.

Y agregó: "Este gobierno cree en el transporte ferroviario. Nosotros hacemos mucho esfuerzo para que el servicio de trenes mejore; de hecho para el año que viene hay un presupuesto de 5 mil millones de pesos destinado a ello".

Además, el titular de la cartera de Interior y usual vocero de los temas que surgen en la agenda diaria del Gobierno, consideró una "chicana" que se cuestione la falta de mejoras en el servicio de trenes, mientras el kirchnerismo planea llevar adelante un Tren Bala que unirá Buenos Aires- Rosario- Córdoba y que demandaría unos 4000 millones de dólares."Es una chicana, una cosa no es incompatible con la otra. Me parece que son dos cosas diferentes", enfatizó.

Durante las próximas horas el Gobierno analizará en detalle los acontecimientos en reuniones privadas. Y se espera que las líneas centrales las exponga el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, que brindará una conferencia de prensa está tarde.

Por el momento, cerca del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, no hicieron comentarios respecto a la situación. Desde la Coalición Civica ya lanzaron fuertes cuestionamientos al funcionario.