Debido a las subas en el costo de algunos servicios, la inflación afectó más a la clase media y a las personas de mayores ingresos en el primer semestre de este año, según un informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

El trabajo, que abarca a la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, estima el monto del gasto que cada quintil de ingresos destina a cada rubro del índice de precios al consumidor (IPC).

En líneas generales, considera que la población con menos recursos gasta más en alimentos y bebidas, junto con otros bienes básicos, y menos en servicios.

Así, en el primer quintil -el de menores recursos- el gasto en alimentos y bebidas representa el 46,6% del total, mientras que en el último es el 23,16%.

El quintil más rico destina el 5,16% de su ingreso total en educación, en tanto que el de menos recursos gasta el 2,15% de sus ingresos, según el Indec.

En este escenario, el costo de la canasta de consumo del quintil más rico se encareció un 5,8 por ciento en el primer semestre, nueve décimas por encima del alza del IPC, que alcanzó el 4,9 por ciento.

Para el primer quintil, la inflación fue del 3,3%; para el segundo, del 3,8%; el tercero, el 4,4%, y el cuarto, el 5%.

Estas diferencias se deben, en parte, a los acuerdos de precios, que lograron reducir al mínimo la suba de precios en los alimentos, que en el caso de la población de menos recursos representa casi la mitad de su gasto.

De hecho, el costo en este rubro para esta franja de la población aumentó sólo el 2,9% en el primer semestre.

Pero las diferencias más notables entre los dos extremos se da en los servicios. En el rubro Vivienda y servicios básicos -que incluye a las expensas- la diferencia llega al 4,1%. En educación, alcanza al 3,7%