La presidenta Cristina Kirchner les pidió ayer explicaciones a los dos enviados de George W. Bush que la visitaron en su despacho, sobre el proyecto de Estados Unidos de poner en funciones una flota de la marina que surcará las aguas de la región y que generó una fuerte preocupación en el gobierno argentino.

Cara a cara, la Presidenta mostró su malestar por la IV Flota ante el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, y el subsecretario del Tesoro, Brian O Neill, con quienes se reunió durante más de una hora en una cita que tanto el gobierno norteamericano como el argentino calificaron de "cordial, abierta y amistosa".

"La Presidenta me preguntó por la IV Flota y expresó su preocupación. Le expliqué que es sólo una nueva manera de organizar los barcos que ya existen en los mares internacionales, del Caribe, del Atlántico y del Pacífico, que no tiene capacidad ofensiva, ni portaaviones ni barcos grandes de guerra", aclaró Shannon durante una conferencia de prensa que dio en la Casa Rosada, según publicó el diario La Nación en su edición de este viernes. El funcionario sostuvo que debió "asegurar" ante Cristina Kirchner que "la armada no va a entrar en ningún río" y que "va a respetar los mares territoriales".

El gobierno argentino había manifestado su disconformidad porque Estados Unidos no hubiera consultado sobre el tema. La preocupación oficial radicaba en la posibilidad de que la marina norteamericana navegara los principales ríos internos del país y que existiera un interés en los recursos naturales.

También "fue buena" la conversación que mantuvieron el torno al conflicto del campo que azota la realidad política argentina. El encargado de asegurar que hubo coincidencias de criterios sobre el ríspido tema retenciones fue el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, quien aseguró que el el jefe de la diplomacia de EE.UU. para América latina, tildó de "muy buena" la decisión de Cristina Kirchner de enviar al Congreso el proyecto sobre las retenciones al agro.

Pero, sí hubo un momento de tensión en la reunión. Fue cuando tocaron el tema de la polémica valija de Guido Alejandro Antonini Wilson. En la Casa Rosada quedaron "conformes" con la explicación. "Ellos aceptaron que tuvieron problemas en la manera de comunicar el proyecto y nosotros confiamos en sus explicaciones", sostuvo el embajador argentino en Washington, Héctor Timerman, convertido ayer en vocero del Gobierno.

La parada nacional de Shannon y O Neil en su gira por la región incluyó un almuerzo con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en el que Estados Unidos mostró su inquietud por el conflicto con el campo. Según informó Timerman, Shannon dijo que al gobierno de Bush "le llamó la atención que las rutas estuvieran cortadas durante muchos días" y consultó por la polémica resolución 125. "Shannon consideró bueno enviar el proyecto de ley para que fuera ratificado por el Congreso", dijo Timerman. Durante su diálogo con los medios, el subsecretario norteamericano evitó cualquier mención del conflicto.

La reunión de los enviados de Bush con la Presidenta se inscribió en la ronda de consultas de alto nivel que ambos gobiernos se comprometieron a llevar a cabo desde que lograron restablecer las relaciones tras el episodio de la valija. "De eso no se habló", contestó Timerman al ser consultado por LA NACION sobre si había existido inquietud por el curso de la investigación judicial en Miami.

Sí, en cambio, Cristina Kirchner le preguntó a Shannon sobre la crisis hipotecaria en Estados Unidos y cómo podría impactar en la región. Sus invitados le llevaron tranquilidad. "Hablamos del impacto que esa crisis ha tenido en otros mercados financieros en el mundo, reconociendo que realmente se necesita una mejor estructura de regulación dentro de los Estados Unidos por algunos aspectos de nuestras actividades financieras", respondió Shannon.

Además, el funcionario negó que en el encuentro se hubiera hablado de la deuda con el Club de París. "No hablamos, pero sí coincidimos en seguir adelante con las consultas bilaterales", agregó. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, prevé viajar pronto a los Estados Unidos.

El embajador argentino agregó que Cristina Kirchner quiere "mantener una relación madura" con la administración Bush y "contribuir", además, en el mismo sentido con el próximo gobierno norteamericano.